¿Qué cantidad de intereses se estarán moviendo en torno al caso del mofletudo ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa para que obtenga su libertad? Nadie lo sabe. Sus revelaciones sobre la intervención del ex presidente Enrique Peña Nieto y el ex Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, confirmaron lo que todo mundo sabía: todo fue resultado de una negociación entre mafiosos como son Peña y Osorio y Duarte, el ratero más enfermo de cleptomanía compulsiva o galopante que hayamos tenido en la historia moderna de Veracruz, y miren que Fidel Herrera fue una joyita de esas, solo que con más materia gris que Duarte y Karime.
Lanzamos la pregunta porque nos sorprende que mientras los cercanos a Javidú y él mismo lanzan fanfarrias presumiendo que pronto abandonará el tambo para irse a aparear con su más reciente adquisición, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo desmiente, con lo que inspira confianza entre los veracruzanos víctimas de las atrocidades que cometió este señor que por cierto se convirtió en el emblema de la corrupción de los políticos priistas y panistas del país en el mundo.
Duarte es sinónimo de corrupción, abusos, trácalas y todo lo que se le pueda sumar de malo de un gobierno que encabezó para terminar de hundirnos, pero que de paso sirvió de “chivo expiatorio” para su antecesor, el hampón Fidel Herrera Beltrán.
Consuela un poco, que no es mal de muchos, que en su conferencia mañanera de este lunes desde Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, haya dicho que en el caso Javier Duarte de Ochoa “no hay impunidad, ni arreglos”.
Y aclaró que “el caso lo está atendiendo la Fiscalía General de la República; no hay negociación en este caso, no hay impunidad. En algunos casos en el pasado se pactaron hasta las aprehensiones y devoluciones de cantidades de dinero en efectivo”.
López Obrador dijo que aún no termina el proceso legal que se le persigue al ex mandatario, y que la Fiscalía General de la República lo está atendiendo.
AMLO remacha: "No hay negociación en estos casos, lo que se hace es que se aplica la ley y se tienen que devolver los fondos que se desviaron del erario público en su momento. Lo que se hace es que se aplica la ley, aún no termina el proceso, lo tiene la Fiscalía y todo lo que solicite la Fiscalía de información va a ser atendido en cuanto a inteligencia financiera lo que tiene que ver con lavado dinero y desvíos de recursos públicos. Si hay muchas propiedades en Estados Unidos y desde luego muchas más en el país”.
Del resultado de la permanencia de la 4T en la Presidencia, esto es lo único que podemos agradecerle a López Obrador, la voluntad política que ha mostrado para castigar a quienes nos arruinaron con sus conductas de ladrones profesionales.
Pronto, eso esperamos, el caso de Genaro García Luna alcanzará al ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, otro personaje que está en la agenda de pendientes del presidente López Obrador, a quien en campaña insultó hasta que se cansó tildándolo de loco, mantenido, huevón y otras linduras que AMLO el rencoroso, el tabasqueño que no perdona una ofensa como lo ha demostrado, se la cobrará para felicidad de todos los paisanos a quienes humilló, ofendió y robó.
El resentimiento social de la 4T
Lo que está pasando en el sector salud del país, que ha cobrado incluso vidas ante la falta de medicamentos para los enfermos, pinta de cuerpo entero lo que es este gobierno: un grupo de analfabetas ungidos en el poder dispuestos a tomar venganza social contra quienes ellos consideran sus enemigos que es el pueblo.
El Seguro Popular creado por el gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa, funcionaba bien, en el sentido de que los enfermos que acudían a las clínicas recibían atención médica y medicinas, si bien es cierto que el robo de medicamentos estaba presente, esto no afectaba la prestación del servicio, entonces ¿para qué demonios desaparecerlo y fundar otra institución sin tener los conocimientos suficientes sobre el funcionamiento de estas dependencias, o sobre lo que es la política de la salud pública, generando una incertidumbre y una de raterías que no había de medicamentos como la que hoy tenemos que no existía?
Tiene razón nuestra compañera y colega María Elvira Santamaría Hernández, el Seguro Popular no era incorruptible pero sí perfectible, al menos atendía con eficiencia a los paisanos, de cualquier condición social, enfermos.
Y seguimos insistiendo, una transformación no es acabar con lo establecido para fundar cosas nuevas. Lo que gobiernos anteriores hicieron no todo estaba mal, lo echaron a perder las bandas de la delincuencia organizada que tomaron el poder, posiblemente de Carlos Salinas de Gortari para acá; no hay que olvidar que su padre, don Raúl fue la cabeza de los traficantes de droga del país, el padrino vaya. Pero eso no le resta méritos a las instituciones que se crearon para hacer crecer al país como fueron el IMSSS, el ISSSTE, el Seguro Popular y otras muchas imposible de desaparecer por capricho para comenzar a crear otras mientras muchos mexicanos se mueren.
El tema del Seguro Popular y el Insabi ha caído irremediablemente en la polarización de opiniones y posturas que vive el país. Ocho gobernadores panistas (no así el chihuahuense Javier Corral, quien comparte recetas de panadería con el presidente López Obrador con la misma determinación con la que aceptó entrar al esquema del Insabi), priistas, el único del Movimiento Ciudadano (Enrique Alfaro) y el último perredista (peñista, en realidad) que queda (Silvano Aureoles, de Michoacán) han rechazado el cambio, que no es obligatorio sino opcional y han asegurado que se quedan con el citado Seguro Popular.
En el terreno mediático y social también ha habido controversia intensa: las reglas de operación en general del Insabi (que tienen hasta junio como plazo para ser bien definidas y publicadas) y la realidad heredada de un aparato público de salud deficiente y cargado de corruptelas en cuanto a compras y convenios, han hecho que desde el primer día del año estén en contradicción las palabras gubernamentales que aseguran que hay gratuidad completa en esos servicios y las denuncias y evidencias de cobros, carencias y, en niveles de afecciones graves, una desatención altamente preocupante.
REFLEXIÓN
Y eso que según se combate la delincuencia: 16 camionetas Land Rover, que eran transportadas en dos tráileres nodriza, fueron robadas a orilla de la carretera La Tinaja-Córdoba. Pese a que la Fuerza Civil y Policía Federal montaron un operativo, los delincuentes lograron huir con los vehículos, cuyo valor en el mercado es aproximadamente de un millón y medio de pesos, cada uno. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |