El exacerbado fanatismo hacia la figura de Andrés Manuel López Obrador que muestran algunos mexicanos (ya son menos) en las redes sociales es motivo de risa.
La mañana de ayer leímos en Facebook mensajes en los que se afirmaba que el video producido en el poblado de La Tuna, en Badiraguato, donde se ve al presidente de México, jefe de las fuerzas armadas del país, bajarse apresuradamente de la camioneta en la que viajaba e ir al encuentro de la señora Consuelo Loera Pérez, madre del narcotraficante Joaquín “El Chapo Guzmán”, quien se encontraba de a jefa, como debe ser, sentada de copiloto en otra flamante camioneta, y a quien Lopitos le pide amablemente que no se moleste en bajar, llega hasta donde está, le toma la mano, conversa con ella y se retira ofreciendo dar curso a una carta que ya leyó, era un video viejo, de cuando hizo campaña AMLO, el cual, los que no quieren a nuestro presidente estaban usando a propósito de una gira que realizó en la tierra del cartel de Sinaloa donde ese mismo día fue festejado el cumple de Ovidio, uno de los hijo de “El Chapo”.
Mientras los defensores de López Obrador lanzaban cuanto insulto se les venía a su hueca cabeza, culpando a los “conservadores” de esa canallada, su líder y guía con toda desfachatez hablaba ante los representantes de los medios de comunicación en su mañanera en Palacio Nacional, sobre el incidente y aceptaba que lo había protagonizado como un acto de humanismo hacia una persona mayor, y lanzó su veneno: si saludo todos los días a delincuentes de cuello blanco (Bartlett, Salinas Pliego, Slim, Elba Esther, Gómez Urrutia y otros muchos más que están en su gabinete), por qué no voy a saludar a una persona que es adulto mayor…
No, pos sí, el problema es que es la madre del narco más temido, sanguinario y poderoso de la región, detenido por la anterior administración y extraditado a los Estados Unidos donde su gobierno lo pidió para procesarlo por delitos cometidos, como el mayor proveedor de droga de la Unión Americana. O sea, no se trataba de una viejita cualquiera, doña Chelo Loera es la madre de un grupo de peligrosos narcos, y abuela de otros como Ovidio Guzmán Loera, al parecer ahijado de AMLO.
Lo que son las contradicciones en las que entra el presidente, mientras se niega a recibir a representantes de víctimas de narcos como “El Chapo”, Javier Sicilia, los Le Barón y otros más, se va hasta Sinaloa, a Badiraguato, donde no entra nadie sin la autorización de los Guzmán Loera, a saludar a la matriarca de ese cartel, y sin ningún recato públicamente se rinde ante ella arrastrando la investidura presidencial y de paso humillando a las fuerzas armadas y a la Marina, que tanto han combatido ese cartel con el que han tenido considerables bajas.
Y ante la ola de críticas que en cascada se vinieron por este vergonzoso espectáculo, no faltaron quienes, también en las redes respondieron: ¿de qué se espantan si los priistas y los panistas también tuvieron relación con los capos?...
Efectivamente, aunque quisieran ocultarla, no pudieron, y obviamente no fueron tan cínicos, les pagaban sus campañas y les compartían del botín pero no así públicamente y precisamente ese fue uno de tantos argumentos que la sociedad tomó en cuenta para votar por quien nos ofreció un cambio y miren con qué nos sale, con un cambio pero a la inversa, exhibiendo públicamente su sumisión hacia los altos jefes de la delincuencia organizada del país, cuando pensábamos que la podría combatir. Ahora entendemos la razón de la frase “abrazos, no balazos”, si el señor está hasta el cuello con los jefes de los carteles…
Lo hice y lo seguiré haciendo
En su reunión con los representantes de los medios de comunicación, López Obrador, que llegó con la espada desenvainada, antes que le preguntaran algo él se adelantó y platicó que durante su visita a Badiraguato, le comentaron en la comunidad de “La Tuna”, que ahí estaba la señora y que quería saludarlo.
“Es una señora de 92 años y ya dije (que) la peste funesta es la corrupción no un adulto mayor que merece todo mi respeto, independientemente de quien sea su hijo y lo seguiré haciendo”.
El mandatario fue más allá, al mencionar que a veces debe saludar a “delincuentes de cuello blanco que no han perdido su respetabilidad”, para añadir que se le hacía mal negarle el saludo a una anciana.
Recordó que el año pasado la señora le entregó una carta para pedirle ayuda, pues como todas las madres no acepta la culpabilidad de su hijo, a quien no ha visto en cinco años y no quiere morir sin verlo por última vez. Fue entonces cuando López Obrador anunció que haría los trámites por considerar que son humanitarios, para solicitar que la madre del capo pueda visitarlo. No obstante, anticipó que la decisión depende del gobierno estadounidense.
El presidente de México acusó a sus adversarios, “los conservadores”, de hacer “un escándalo” con el asunto y agregó:
“Es la hipocresía del conservadurismo, pero hubo un gobierno que negoció con el hijo de la señora y no dicen nada. De veras que son hipócritas (…) nosotros no establecemos relaciones de complicidad con nadie”.
Además, se comprometió a hacer pública la carta, pues dijo, no hay nada que pueda avergonzarlo, y claro hicieron circular una carta que a nadie le consta que es la original, con lo mentiroso que es AMLO seguramente se trataba de otra en la que solo se habla del asunto de la visita de doña María Consuelo Loera, al penal donde se encuentra su travieso hijo, el ex novio de la actriz mexicana Kate del Castillo.
López Obrador concluyó el tema afirmando que había dado la instrucción a la Secretaría de Relaciones Exteriores de que viera el asunto, pero en una primera gestión no se logró la autorización para que la visita solicitada se concretara, pues insistió, es una decisión que compete al gobierno estadunidense. Pues, claro, y no van a permitir la presencia de la señora aunque Lopitos se los suplique. Donald Trump es ca… nijo, para nada un analfabeta mexicano de esos que AMLO chorea y agarra de majes.
Balean a María Elena Ferral
Otra tragedia para el gremio periodístico veracruzano y nacional, el atentado que sufrió la tarde de este lunes la periodista de Papantla María Elena Ferral, corresponsal por muchos años de Diario de Xalapa. Hasta el momento de cerrar esta colaboración, la compañera se debatía entre la vida y la muerte luego de recibir varios impactos de bala cuando se dirigía a su vehículo. El ataque, según información de compañeros de Papantla, se produjo de parte de un sicario que viajaba en una motocicleta quien al llegar hasta donde caminaba María Elena desenfundó un arma y le disparó a corta distancia dejándola gravemente herida en el lugar de los hechos.
María Elena Ferral se ha distinguido por su valor y su trabajo profesional. Ella ha investigado muchos crímenes mejor que las corporaciones policíacas, por lo mismo había sido objeto de amenazas de las que nunca se ocupó por atender la dichosa CEAPP y menos las autoridades. Esperemos que ahora sí den con los responsable de este condenable ataque a una mujer de trabajo, a una destacada periodista, a una madre ejemplar y a una colega… Otro ataque artero a la libertad de expresión.
REFLEXIÓN
Nos llegó una foto donde está AMLO haciéndose un taco de guisado y detrás, esperando turno, Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, hermano de “El Chapo” y por quien las autoridades norteamericanas ofrecen una recompensa, o sea, el presidente de México conviviendo con los delincuentes más peligrosos. ¡Qué vergüenza! Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |