La política en rosa.
Elsbeth Lenz.
 

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María Elena Ferral
2020-04-01

Me gusta observar y ser testigo, quizá por eso un buen día decidí escribir, para contar mi versión de los hechos, estos días que hemos vivido en cuarentena, la mayor parte de la gente está muy enfocada en la crisis económica y social, que vendrá después de la pandemia; hablan, escriben, analizan y nadie se ha parado a pensar que no tenemos una seguridad de que la situación pase y nosotros sigamos vivos, existe hoy por hoy, la posibilidad de que no pase para muchos de nosotros, de que una vez contagiados  no pase para nosotros, no sé porque la gente no abre de una vez los ojos y se da cuenta que de crisis en crisis hemos vivido, pero no de pandemia en pandemia, quizá por eso, creamos que la pandemia la superaremos como hemos superado las crisis, pero no es así, nunca antes nos hemos enfrentado a algo así, habrá que enfocarnos en lo verdaderamente importante ¿no creen?. 


María Elena Ferral 


Una verdadera tragedia, la muerte de la compañera María Elena Ferral, pero terrible también el  hecho de que a estas alturas, siga ocurriendo ese terrible patrón que ha distinguido a Veracruz, eso que nos coloca en los titulares de la prensa internacional, que nos ha avergonzado a muchos de nosotros y que es ocupar uno de los primeros lugares, en ser uno de los lugares en el mundo mas peligrosos para ejercer el periodismo; es increíble que hoy por hoy, aún con el pasar de los años, ni los gobiernos, ni la sociedad hayan podido hacer algo para mejorar la seguridad del gremio periodístico.


El crimen de la compañera María Elena Ferral, deberá ser esclarecido por la autoridad competente y tratado como lo que es, un crimen a la libertad de expresión, el caso no deberá ser desvinculado del trabajo que la compañera ejerció tan dignamente durante tantos años, ese trabajo que seguramente fue la causa de su asesinato, sería lamentable que se inventaran una historia absurda, como aquellas que en Veracruz se han inventado con tantos compañeros que han perdido la vida.


Los culpables tanto intelectuales como materiales, deberán ser juzgados y caer sobre ellos todo el peso de la ley, de nada valen los twits huecos de los funcionarios estatales y federales, los pronunciamientos de las comisiones y organismos, de nada vale todo eso, si no se castiga ejemplarmente a los culpables, para que esto no vuelva a ocurrir; la impunidad es lo que nos ha seguido matando hasta hoy, los criminales hacen lo que se les da la gana, porque simple y llanamente no les pasa nada; el vínculo entre el gobernador García Jiménez con la prensa siempre ha estado roto, pero ello no lo exime de la obligación que tiene, de generar las condiciones de seguridad para el ejercicio de la libertad de expresión, además de la impartición de justicia. 


Cosas de la vida y menudencias


Las filias y fobias de un gobernador, son responsabilidad únicamente suya, el mantenimiento de su cabello, su aseo, el perfume, los colores y estilos que usa en sus atuendos, son estrictamente cuestiones de índole personal; hay mandatarios que confían todo esto a un profesional, debido a la necesidad que ellos tienen, de proyectar determinada imagen, muchas veces los colores y la imagen influyen en el electorado y en el gobernado; en cuyo caso la responsabilidad es de un diseñador de imagen, sin embargo esto no ha sido el caso de nuestro gobernante, el señor García Jiménez tiene un estilo muy personal y ante eso nadie tiene nada que objetar, el señor así ganó.


Hay funciones que el primer mandatario veracruzano delega, en las cuales sus colaboradores han fallado, convertir a tu jefe en la mofa nacional por errores propios, debería de generar un momento de reflexión, posterior al agradecimiento y la dimisión; el primer acto de corrupción que comete un funcionario, es aceptar un cargo para el cual no se está capacitado, más cuando se hace tanto daño a la persona que te sacó de la cadena en la que trabajabas y te llevó a los cuernos de la luna, lo mejor será ser agradecido, aceptar la incompetencia y colaborar de una mejor manera. 


Hace años, cuando Javier Duarte desterró a Gina Domínguez, muchos de los colaboradores cercanos al hoy reo solían decir, “Cuanto daño hizo Gina a la imagen de Javier Duarte”, no sé si aquello fue verdad, pero bien recuerdo que por ahí empezó la debacle, claro que el Gordo le echó muchas ganas, pero por ahí empezó. 


En fin queridos míos, esperemos que las cosas mejoren, la pandemia continúa y no se ve aún The End en esta terrible película que estamos viviendo, nos leemos mañana. 


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@Elsbeth_Lenz

 
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