La crisis sanitaria que ocasiona el coronavirus no puede y no debe ser motivo para colocar la epidemia como campo de batalla política para desacreditar una estrategia que ellos mimos no acaban de entender.
Porque ellos quieren copiar los métodos de otros países para atacar la enfermedad, pero son incapaces de percibir que en otros países la oposición apoya al gobierno en las estrategias adoptadas, saben la dimensión del problema, conocen los riesgos y evitan una catástrofe en la que ellos mismos podrían ser afectados.
La miopía que produce la falta de subsidio gubernamental en esos grupos que ni siquiera pueden denominarse gremios, les impide pensar en grande, su miseria se reduce a los intereses patronales y a su ambición, porque muchos de ellos ya no necesitan trabajar el resto de sus vidas, ni sus hijos, ni sus nietos, gracias los dineros obtenidos de ese subsidio que les fue negado a los campesinos, a los niños con cáncer, a los ancianos, a los jubilados, a las madres solteras, a los minusválidos, a los medicamentos del sector salud, al equipo médico del gobierno, etc.
Pero ahora, después de descapitalizar al país, dicen estar del lado de los vulnerables a pesar de que son vulnerables a causa de los excesos de todos los arriba mencionados y muchos otros.
Los llamados a la unidad del gobierno federal, la convocatoria a establecer una tregua del presidente de la República hacia los medios nunca fue tomada en serio por los medios y sus escribanos, cuyas cuentas bancarias echan de menos los depósitos desde las oficinas públicas y algunas curules.
La salud de los mexicanos no les importa, la vida de los mexicanos no les interesa. Sólo es importante la cantidad que puedan tener en sus cuentas. Dinero mal habido, prácticamente ilícito, tan ilícito como el de los narcotraficantes que dañan la salud y la vida de los jóvenes mexicanos. Pero para ellos la salud y la vida no es importante, así piensan también los narcotraficantes que ahora tanto quieren asociar con su enemigo acérrimo: el presidente de la República.
No es una gracia la participación engañosa de esos grupos, porque no es sólo el rompimiento de la tregua en tiempos de crisis sanitaria sino un atentado contra México y los mexicanos.
El amarillismo de algunos medios rebasa la saña y se convierte en un verdadero crimen. Un diario que nada tiene que ver con la excelsitud ni con la buena imagen, anuncia que las “taquillas del Metro van a cerrar, piden comprar boletos ya”.
La realidad, muy lejana a lo que dice la cabeza de la nota es que no venderán boletos del Metro a partir de las 18:30 horas. El resto del día, en horas hábiles del servicio de Transporte colectivo, sí habría boletos. Es decir, sólo dejarán de vender boletos cinco horas y media.
Este tipo de informaciones atenta contra los mexicanos, no contra el gobierno de la capital ni contra el federal, simplemente es una muestra burda, de la manera en que quieren desestabilizar la salud de los mexicanos para responsabilizar al gobierno federal.
Como este tipo de información amañada, amarillista, de mal gusto, sólo puede ocurrir en México, donde los medios se convirtieron en el mejor conducto para destilar el veneno de los grupos resentidos ante su falta de subsidio.
La crisis por el coronavirus es un problema mundial, no lo inventó Morena ni el presidente de la República, la estrategia contra esta enfermedad es un protocolo de la Organización Mundial de la Salud, que pertenece a la ONU, organización que no pertenece a la Cuarta Transformación.
Esto deben saberlo los integrantes de los grupos arriba mencionados, donde faltaron personajes y membretes, pero parecieran culpar de todo a un gobierno que es mal gobierno por el simple hecho de recortarle dinero a los medios para que hablen bien de sus funcionarios públicos.
Esto, en tiempos de crisis sanitaria, se llama homicidio. PEGA Y CORRE. - Pareciera que algunos medios televisivos siguen con el viejo esquema de que hay mexicanos de primera y de segunda. Sus noticiarios inician con el estado de salud de los gobernadores que han sido contagiados por el coronavirus. Los primeros 15 minutos de algunos noticiarios de televisión son dedicados a los gobernadores de Hidalgo, Querétaro, Tabasco, etc. Como si ellos fueran más importantes que otros mexicanos, sin importar del partido que sean unos y otros. Lo grave es que para los medios esto es algo normal, es algo con lo que nacieron y crecieron. Pero los tiempos cambian… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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