La misma semana pasada en Papantla, Lucía González Juárez de 63 años fue asesinada y arrojada a una letrina. Su cuerpo semidesnudo presentaba signos de violencia con arma blanca.
A estos feminicidios se suman los de Norma Pérez Gómez, trabajadora de una florería en Minatitlán, al parecer ejecutada por cobro de piso. En Tecama, Tomatlán, hombres armados dispararon contra dos mujeres que caminaban tranquilamente... Minerva Hernández, de 55 años, falleció.
Y así podría sumar a Blanca, ejecutada en Xalapa por un hombre que bajó de un taxi; o a la joven con un machetazo en la cara que apareció flotando en el Río de Paso San Juan, en Veracruz Puerto ¡y no acabamos!
Punto aparte son las mujeres que están reportadas como Desaparecidas, pues de acuerdo al reporte del Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres, de enero a mayo de 2020, hay 112 mujeres en calidad de desaparecidas, siendo alrededor de 68, menores de edad.
Una tendencia alarmante la podemos encontrar en la página de la Comisión Estatal de Búsqueda en Veracruz, donde varias fichas corresponden a menores de edad.
¿Qué está sucediendo en Veracruz que los ataques, feminicidios y desapariciones de mujeres no cesan? ¿Qué medidas y políticas públicas se están llevando a cabo para detenerlos en el estado?
No dudo que se esté trabajando en ello, sin embargo habría que revisar dicha estrategia de prevención, pues en lugar de bajar los números, aumentan, y la reclasificación de los feminicidios no está funcionando.
Es muy preocupante todos los días abrir las redes sociales y ver mensajes de familiares que se duelen por el asesinato de sus mujeres así como por las desapariciones de sus hijas, amigas y conocidas.
Es lamentable que en medio de toda esta vorágine de violencia a las mujeres en el país, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, haya pedido la renuncia a la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), Candelaria Ochoa Ávalos, activista comprometida cien por ciento con la causa feminista y los derechos de las mujeres. Pero no solamente perdemos mujeres por feminicidios y asesinatos; en este mes, aparte de Candelaria, otras tres mujeres han renunciado a sus cargos federales: Mónica Maccise Duayhe, al Conapred; Asa Cristina Laurell, a la subsecretaría de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud; y Mara Gómez Pérez, a la presidencia de la Comisión Especial de Atención a Víctimas (CEAV), apenas con seis meses en el cargo.
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