Y es que, en Boca del Río, su presidente municipal Humberto Alonso Morelli, aplica acciones que como consecuencia habrán de tener una reacción.
Resulta que el munícipe boqueño, avispado como acostumbra ser, se adelanta a los tiempos y comienza a promover a cierto personaje para sucederlo en la alcaldía en el próximo proceso electoral.
Nada de ello tendría porque ser motivo de señalamiento, siempre y cuando la promoción la hiciera en corto y entre algunos ciudadanos.
El problema en el que se ha metido el alcalde es que con la promoción va de la mano la entrega de una despensa, so pretexto de apoyar a las familias vulnerables en medio de la pandemia.
Solo que omitieron decirle al funcionario a quien promueven, pedirle que no dejara su tarjeta personal entre los productos entregados, algo que evidentemente violenta la legislación electoral, como acto de promoción personal o acto anticipado de campaña.
Este sujeto a quien le conocen como el “Ex”, por haber estado casado en su momento con la senadora Indira Rosales San Román, se para el cuello con todo aquél a quien le otorga el apoyo.
En Boca del Río es sabido que el mismo alcalde Morelli, anda haciendo la travesura con el objetivo de apoyar con todo a sus nuevos aliados los integrantes de la 4T quienes le han prometido las perlas de la virgen de Santa Ana.
La deslealtad del alcalde boqueño ya es observada con recelo por los panistas del municipio, quienes han visto el trabajo desarrollado por el actual legislador local, Juan Manuel de Unanue Abascal, a quien Morelli debiera estar respaldando.
Aun con ello, Unanue Abascal rema contra corriente, manteniendo la cercanía y el contacto directo en las colonias, cosa que avalan los ciudadanos de Boca del Río, quienes admiten que el diputado local, ha realizado trabajo a lo largo de los últimos 10 años en la zona.
La preferencia entre la militancia es clara, los panistas boqueños están con Unanue Abascal.
Lo imperdonable es la actitud mezquina de parte del alcalde rivereño del que afirman no debió ser nunca edil.
Solo que una desgracia familiar lo habría puesto en ese encargo bajo el padrinazgo de quien fuera gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, a quien se dice, ya no le toma ni el teléfono.
Las travesuras del edil boqueño podrían ser tipificadas y sancionadas severamente por parte de la autoridad electoral, pues está fehacientemente documentada la entrega de los apoyos con la tarjeta promocional del interfecto.
Tanto el Organismo Público Local Electoral (Ople) Veracruz y el Tribunal Estatal Electoral debieran tomar cartas en el asunto, para llamar a cuentas al munícipe y al promovido por delitos electorales, aunque por deslealtad la sanción más fuerte habrá de venir de los mismos boqueños, quienes no permitirán que sus travesuras acaben convirtiendo a Boca del Río, en un municipio de tantos, mal gobernado por la 4T.
Al tiempo.
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