Apuntes.
Manuel Rosete Chávez.
 

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No nos hizo nada la pandemia
2020-09-02

“Estamos ante la lumpenización


de la sociedad y de la política”


José Woldenberg


El viernes 28 de febrero, el Gobierno de México confirmó el primer caso de coronavirus en el país. Más adelante, confirmó el segundo, al que le estaban dando seguimiento. El primer paciente con coronavirus fue un hombre de 35 años residente de Ciudad de México, quien viajó a Italia del 14 al 22 de febrero. El segundo caso fue un hombre de 41 años, residente de Hidalgo, y quien igualmente viajó a Italia y en la prueba preliminar ha dado positivo para coronavirus.


Cuando le informaron al presidente Andrés Manuel López Obrador de la amenaza que se ceñía sobre los casi 130 millones de mexicanos, ordenó que convocaran a Jorge Alcocer Varela, su veloz y eficiente secretario de salud y a su equipo más cercano, así como a los titulares del Ejército y la Marina, para sostener una reunión urgente en su Palacio donde decidió vivir para conducir los destinos de esta gran nación.


En cuestión de quince minutos ya estaban todos sentados en torno a una mesa oval enorme. En la cabecera presidencial, López Obrador comenzaba la Liturgia de la Palabra, haciéndoles ver a sus colaboradores que el país se encontraba en una contingencia a la que había que hacer frente con todos los instrumentos con que cuenta el Estado a fin de evitar contagios y, sobre todo, muertes de mexicanos que pudieran resultar afectados por ese virus cuya primera aparición la hizo en China y después comenzó a extenderse por todos los países de Europa a través de viajeros de un lado y otro que, contagiados, esparcieron el virus a cuanto país llegaban.


La instrucción fue precisa: convoquen a todos los responsables del sector salud de todos los estados de la república para que estén preparados, que pongan filtros sanitarios en las entradas de sus entidades, que establezcan un esquema de control mediante pruebas y que orienten a la población sobre lo que se debe hacer para evitar contagios. Esto tiene que ser mañana mismo en todo el país, dijo con el tono enérgico que le caracteriza, serio y convincente en la palabra.


-Secretario –se dirigió a Jorge Alcocer que se mantenía muy pendiente de todo lo que decía el mandatario y hacía los primeros apuntes aparte de no soltar un folder que llevaba con toda la información sobre lo que es el coronavirus-, coordínese con los secretarios de la Defensa y la Marina y si es necesario con Durazo, para que establezcan filtros sanitarios en las entradas de los aeropuertos, en las terminales de autobuses que vienen del norte (los Estados Unidos) y del sur, en los límites con Guatemala, para que en adelante todos los paisanos y visitantes que lleguen de fuera de México sean checados y, si vienen infectados, hay que aislarlos y atenderlos hasta que superen la enfermedad; el caso es detectarlos antes de que no se confundan con la población y nos provoquen un problema de salud pública grave, como los que han padecido en otros países… 


AMLO y su lucha contra el Covid-19


-Señor presidente, interrumpió el avispado Jorge Alcocer, mire le traje este material, sería bueno que lo viera y de ser posible lo comparta con quienes van a estar trabajando en esta delicada encomienda, y le entregó el folder.


-¿Qué es?, preguntó el estadista… un concentrado de lo que es el coronavirus.


-Perdón, dijo el estadista, miren les voy a leer esta información y se pueden ir a trabajar. Como era poco lo que se sabía de esta maldición fue poco el tiempo que se llevó el presidente en leerlo y enseguida llamó a uno de los quince auxiliares que tiene a su servicio para ordenar copias del documento para entregar a cada uno de los asistentes a la reunión, y en cuanto los tuvieron, el mismo presidente les indicó: -Bueno, señores, a trabajar, que se quede el epidemiólogo porque tengo que hablar con él. Y todos salieron apresurados, menos el subsecretario Hugo López-Gatell, a quien le preguntó el presidente qué medidas de higiene se deben tomar para evitar en lo posible los contagios; le dijo lo del uso del cubrebocas, el lavado de manos constante, no tocarse la cara, guardar la sana distancia, no saludarse de mano, evitar reuniones de más de cinco personas, y no salir a las calles si no hay motivo, es decir, permanecer en casa.


A la mañana siguiente, López Obrador apareció en la mañanera con un cubrebocas, igual que sus compañeros de gabinete que le acompañaban, entre los reporteros y camarógrafos personales de la presidencia repartió cubrebocas y botellitas de gel marca AMLO, y entonces vino la advertencia a los medios:


-Compañeros periodistas, hoy solo vamos a hablar del coronavirus, este cubrebocas es el símbolo de lo que van a estar viendo por un tiempo si actuamos con responsabilidad y queremos evitar una pandemia que ponga en riesgo la salud de todos. Pidió a los comunicadores que se sumaran en sus medios a esta campaña y anunció la suspensión de sus giras, para evitar poner en peligro a los ciudadanos mexicanos.


Ese mismo día, las televisoras, del estado y comerciales, comenzaron a transmitir un spot grabado por el mismo presidente en el que pedía la cooperación de los mexicanos para evitar la presencia del mortal virus entre la población. En el spot aparecía con su cubrebocas y en plan didáctico mostraba una botella de gel con alcohol… 


[Efectivamente, lo anterior fue un sueño que tuvimos, posiblemente resultado de la presión a que estamos sometidos, con severas crisis de ansiedad, porque lo que hizo López Obrador y el mitómano López-Gatell, no tiene abuela. ¿Cuántos mexicanos, de los casi 65 mil que han muerto, estarían con nosotros, cuántos de los 600 mil casos se habrían evitado, si nuestras autoridades hubieran actuado con responsabilidad?... Y todavía presume de encabezar el mejor gobierno que ha tenido México, en el peor momento.


Presume AMLO de las remesas, ¡qué vergüenza!


Como sucede en todos los informes de los presidentes en México, no faltó en el discurso de López Obrador el agradecimiento al Ejército y la Armada por su compromiso y profesionalismo. Destacó que en su gobierno ya no se reprime ni se tortura, se respetan los derechos humanos, lo que no sucedía antes. Aunque en redes sociales, en días recientes, circuló un video, publicado por El Universal, en el que, en un enfrentamiento del ejército con la delincuencia organizada, se escucha la orden de “rematar” a un sobreviviente.


Del compromiso de campaña que hizo, de regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles, lo que ya tendría que haber pasado, no dijo una palabra, tampoco explicó a la Nación sus razones para militarizar al país y el proceso “arrebatar” a los civiles actividades que la ley les reserva, como la administración de Puertos y las Aduanas del país, entre otras. 


El informe presidencial también es la oportunidad para agradecer y así lo hizo el presidente López Obrador cuando dijo: “Gracias, gracias, muchas gracias por las remesas que envían desde Estados Unidos, los mexicanos que trabajan en ese país”.


Hace una semana había abordado este tema en su conferencia de prensa y lo repitió íntegramente en su Segundo Informe: “El apoyo de nuestros paisanos migrantes por sus envíos, las remesas siguen creciendo a pesar de la pandemia; ya el crecimiento de las remesas este año con relación al año pasado es del 12 por ciento y este año vamos a tener remesas récord, yo calculo de alrededor de 40 mil millones de dólares y eso va a 10 millones de familias mexicanas”.


El agradecimiento de López Obrador a los mexicanos que envían remesas, que representan el segundo ingreso de divisas al país, después de las aportados por la industria automotriz, y que desde luego supera con mucho los ingresos petroleros y los aportados por el turismo, en crisis mundial, no contiene ningún mérito para su gobierno ni para los anteriores, “neoliberales” que, con sus erráticas administraciones, “expulsaron” a más de 11 millones de mexicanos a los Estados Unidos.


Cuando López Obrador dice que “vamos a tener remesas récord de alrededor de 40 mil millones de dólares” que van “a 10 millones de familias”, se debe entender que son recursos que representan el sustento de más de 50 millones de mexicanos que pueden vivir con decoro, porque alguien de esa familia tuvo que migrar, en el transcurso de los pasados 30 años, para conseguir la subsistencia de los suyos a costa de su vida porque en México no encontró una oportunidad… qué cinismo presidencial, presumir de esto que es vergonzoso. 


REFLEXIÓN


Pobre alcalde xalapeño, ya no sabe ni lo que pasa con la comuna de la que es presidente. El secretario de gobierno Eric Cisneros Burgos aclaró ayer que ellos, el gobierno estatal, habían donado el terreno del parque “La Loma” a la Guardia Nacional, para la construcción de un cuartel, y a Hipólito Rodríguez (el alcalde) ni lo pelaron, ahí lo tienen negando que ese predio se haya donado. “Nosotros hicimos lo que debíamos”, dijo el súper secretario Cisneros… Mejor que lo corran y que pongan en su lugar a un empleado de don Eric. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com

 
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