Seguramente la Fiscalía General de Veracruz debe poseer pruebas, testimonios o evidencias contundentes para imputarle la autoría del crimen del diputado Molina Palacios, pues de lo contrario no habría logrado persuadir al juez para retener en prisión al presunto homicida.
Y es que anteriormente la Fiscalía ya se llevó un frentazo con cuatro colaboradores del “Compa Playa” que fueron liberados por una jueza de control que primero consideró que había elementos suficientes para fincarles responsabilidad, y más tarde, repentinamente, “modificó su criterio” y los dejó en libertad.
Según relató el columnista Héctor De Mauleón, de El Universal, la detención de Itiel “N” fue meramente circunstancial: el 3 de septiembre, en un filtro ubicado en León, Guanajuato, fue detenida una camioneta blindada con hombres armados que se identificaron como guardias de una empresa de seguridad privada de Puebla, los cuales dijeron estar al servicio “de un contador”.
Dicho “contador” descendió de la unidad y mostró una credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) a nombre de Rafael Villarreal, con domicilio en Las Brisas, del puerto de Acapulco, Guerrero. Pero elementos de la Agencia de Investigación que indagaban operaciones de narcomenudeo en el Bajío lo reconocieron como uno de los objetivos criminales relacionados con delitos de alto impacto. Corroboraron su fisonomía y 15 minutos más tarde la Fiscalía General del Estado de Veracruz, que poseía una orden de aprehensión librada en su contra, les hizo llegar una foto suya. Alcanzaron su vehículo unos kilómetros más adelante, pero el “Compa Playa” no abrió la portezuela y se negó a bajar. Le leyeron sus derechos detrás de los cristales blindados y, con grúa, los agentes de la AIC y de la Secretaría de Seguridad, apoyados por la Guardia Nacional, remolcaron la camioneta hasta la Fiscalía guanajuatense.
De acuerdo con la versión que obtuvo de quienes participaron en su detención, De Mauleón reveló que Itiel Palacios –quien actualmente radicaba en León, donde mantenía estrecha relación familiar y de negocios con importantes empresarios leoneses del calzado– no dejaba de hacer llamadas y mandar mensajes de texto, y que además le comentaron que su teléfono debe conservar información relevante, pues detectaron una llamada que hizo a una autoridad federal de la ciudad de México.
SE FUE ÁLVARO BELÍN
Álvaro Belín Andrade era un extraordinario amigo y excelente periodista.
Siempre leal y solidario. Pero anoche su corazón no resistió tanto estrés y tensión.
Lamento mucho su partida. Deja un enorme hueco en el periodismo veracruzano y en su amplio círculo de amigos. Por supuesto que se le va extrañar.
Ojalá que su familia se reponga pronto del inmenso dolor que deja su ausencia. |