La paulatina militarización del país, la cual ha aumentado su intensidad con el control de puertos, áreas de gobierno hasta como el ISSSTE a donde ha enviado a militares y marinos a operar y dirigir áreas sustanciales.
El pasado jueves 10 de septiembre, el columnista Rafael Pérez Cárdenas en su muy leída columna “De Razones y Pasiones” describe prístinamente dicha circunstancia. https://formato7.com/2020/09/10/de-razones-y-pasiones-amlo-y-la-militarizacion-silenciosa-contrataran-mas-soldados-que-medicos/
Dos datos resaltan de lo señalado por Pérez Cárdenas:
“De acuerdo al paquete económico presentado esta semana, para la Secretaría de la Defensa Nacional se contempla un incremento de ¡14,430 puestos!, un aumento de 6.3% con respecto a la cifra de empleados que tiene la dependencia este año. Mientras, a la Marina se le propone una incorporación de 5 mil 866 elementos, un incremento de 8.5% en comparación con la nómina que opera en 2020.”
“Hasta hoy, López Obrador ha desplegado a 71,822 efectivos a tareas de seguridad; esta cifra es el doble de Peña Nieto (34,529) y muy superior a la de Felipe Calderón (45 mil) durante su fallida guerra contra el narco.”
Pero el juró que regresaría a los militares a los cuarteles… ajá.
Sumado a ello, la incesante campaña de desacreditación a todo medio de comunicación, periodista u opositor que no tenga coincidencia conceptual respecto a su visión de estado, es motivo de su artillería de descalificaciones y estulticias.
A la par, el partido político que lo llevó al poder enfrenta un proceso de renovación, en el que pretende hacer creer que la democracia impera en el mismo, bajo el fantoche proceso de consulta vía encuestas, con cerca de 50 supuestos aspirantes, aun cuando la cargada está toda con Mario Delgado Carrillo.
La ficticia democracia que vende López Obrador y su partido son como para chiste, pues es evidente que ahí se hará lo que diga su dedito, y ese, ya está sobre Delgado Carrillo.
Aunado a ello, la actitud intolerante del Gobierno Federal mostrada en eventos distintos como lo ocurrido en Chihuahua en el tema del trasvase de agua por un acuerdo que data de 1944 con los Estados Unidos, en donde fueron asesinados de manera artera al menos dos personas, confirman que el presidente López no dudará de emplear a las fuerzas armadas cuando así le convenga.
Y claro responsabilizó como era de esperarse a ex gobernadores, políticos, sociedad, y hasta el perro que pasaba por ahí.
Sumado a ello, eventos como los ocurridos en Michoacán y en Chiapas en donde dos factores se hicieron nuevamente presentes: militarización y represión, son el pan nuestro de este gobierno.
Ahora vendrán las fiestas patrias, con ello, el espacio propicio para evidenciar sus filias y fobias, las arengas del presidente frente a una monumental antorcha en la plaza del zócalo de la Cdmx nos recordará escenas de un autoritarismo fascista que no deseamos.
Pero quién no advierte que aquí se está ante el ensayo de una dictadura, quizá aún cree en los Reyes Magos.
Si no es así, solo volteamos a ver la rifa, que no es rifa de un avión presidencial, que no es del Estado Mexicano, pero que como pantomima bien sirve al circo inventado por el presidente López Obrador, bajó el manual dictado por sus amigos venezolanos.
El ensayo de una dictadura está en marcha, esperemos a conocer su desenlace que ojalá no sea catastrófico para los mexicanos.
Al tiempo.
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