Es seguro que cualquier ciudadano, oriundo de cualquiera de los 212 municipios que conforman Veracruz, se ha de sentir orgulloso de su tierra, de su raíz y también, por ser veracruzano. Bueno, casi todos… en la Pluviosilla, conocí a personas que en lugar de decir que eran de Río Blanco, Ciudad Mendoza o Nogales, optaban por citar que eran de Orizaba. Quizás la razón para tal aseveración era muy simple: hacer una ubicación más precisa al interlocutor y no tanto porque alguien se apene de decir “soy de tal ciudad o tal comunidad o tal pueblito”. Hablamos pues, de un sentir de identidad.
Este sentimiento surge cuando salimos de la entidad o el país, y nos encontramos con algún paisano o hasta un anuncio, espectacular o comercial, música o similar que nos lleve de regreso en milésimas de segundo, a esa ciudad, pueblo, calle, hogar, amigos…
La transformación que sufrió Orizaba en una docena de años más o menos, vino a darle al nativo de la Ciudad de las Aguas Alegres, una especie de “confirmación” de ese orgullo nato por ser de donde es… ¡vamos! hasta los que salimos de la Pluviosilla y hemos visto la Transformación de la ciudad, tenemos un Plus cuando hablamos de Orizaba.
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En Xalapa, si bien sobra orgullo al nativo y al adoptado (que dicho sea de paso, somos muchos), hay como un desencanto que si bien, en descargo del gris y deprimente trabajo del alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, justo hay que reconocer que uno de los puntos que trajo la debacle de la Atenas Veracruzana fue sin duda el retiro del Hay Xalapa, allá por el 2015, y curiosamente, no por la actuación del alcalde Américo Zúñiga Martínez, sino por la ausencia de acción o interés del Gobierno del Estado para luchar por mantener este Festival en el corazón de Veracruz… la ola de inseguridad en la entidad que tuvo su punto más álgido con el asesinato del periodista Moisés Sánchez, fue el detonante para que los ojos internacionales pusieran la mira sobre Veracruz y una forma de protestar fue retirando el Hay Xalapa.
Con Miguel Ángel Yunes Linares las cosas no cambiaron mucho, porque al igual que su tocayo, Alemán Velasco, les ganaba la zona conurbada de Veracruz, lo que hacía que muchas de las veces, Boca del Río o el Puerto, parecieran capital política, haciendo a un lado a Xalapa.
Al parecer, tras el golpe cultural del Hay Xalapa, la Atenas Veracruzana ya no pudo levantarse y cuando llegó un académico a tomar las riendas de la Capital, se pensó el mejor de los escenarios, pero pronto lo vino a echar abajo cuando de sus primeras entrevistas, dijo que en Xalapa no había capacidad para armar su equipo administrativo… y de allí, nomás no levanta la Atenas.
Por diciembre del año pasado, surgió un movimiento llamado Recupera la Atenas, conformado por un grupo de jóvenes cuyas líneas de acción en Cultura, Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Buena Ciudadanía, sufrieron un colapso con la llegada del Coronavirus… no obstante, ellos sí se recuperaron y poco a poco, han vuelto a darle vida a sus líneas trazadas aprovechando las herramientas tecnológicas que van desde youtube, zoom, whatsapp y facebook.
El motivo de Recupera la Atenas se basa en una idea simple, que permea en muchos xalapeños, tanto de nacimiento como adoptados, pero que no rebasa en la queja: Pasar del Hartazgo a las Propuestas y de éstas, a la Acción, en aras de vencer a un enemigo que poco a poco se apodera del ateniense: apatía, aunque igual hay que agregar dos más: el enojo y la ignorancia, no viendo esta última como ausencia de conocimiento, sino por la desidia de no adquirirlo, porque herramientas para ello, hay.
Agustín Arcos, xalapeño de cepa, es quien junto con otros jóvenes, se han echado a hombros, la difícil tarea que implica el nombre de su movimiento social: Recupera la Atenas… es cierto, dentro de cada xalapeño hay orgullo por esta ciudad tan generosa, y eso no se pierde, como tampoco la decepción que autoridades, estatales y municipales, presentes y recientes, han sembrado en el corazón del xalapeño...
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