El asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín, evidenció nuevamente que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, miente en cuanto a que Veracruz hoy viva con seguridad, los índices de delincuencia hayan disminuido.
El 9 de noviembre Cuitláhuac García hizo un evento cerrado, en el que se vanaglorió de que en “el plazo fijado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez para que los resultados en materia de seguridad se reflejen de manera tangible y permanente” hay una reducción “de los índices de inseguridad”.
Esto lo hizo como algo previo a su segundo informe de gobierno y como un recuento de las 464 reuniones de la Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz (COESCONPAZ).
Mintió sabiendo que lo hacía porque sus propias estadísticas así lo muestran.
Septiembre es el mes más violento del último semestre medido en cuanto a índices delincuenciales, de acuerdo con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, institución que sólo refleja las cifras que le proporciona la Fiscalía General del Estado.
Esa reducción de la incidencia delictiva, que dice que hay, es falsa, completamente. Sólo existe en sus ganas de que se le reconozca un trabajo que no ha hecho.
En enero de 2019, prácticamente el primer mes de su gobierno, la incidencia delictiva registrada fue de 6 mil 50 hechos denunciados.
En septiembre de 2020, el último mes reportado, fue de 7 mil 231 casos.
De forma numérica hay un incremento de mil 181 casos, ¿dónde está la reducción?.
La curva de incidencia delictiva en Veracruz se mantiene más que nada con tendencia de crecimiento.
Hubo un descenso en las denuncias de crímenes en abril y mayo, pero fue producto de dos circunstancias que se conjuntaron: el inicio del encierro por la pandemia y el incremento de la presencia de las fuerzas federales en el estado.
Pero a partir de junio, el crecimiento fue sostenido, alcanzando su cúspide en septiembre.
En abril fueron 5 mil 287 casos, lo que significa que para septiembre el aumento fue de mil 944 casos.
Así que eso de que la incidencia delictiva ha bajado en Veracruz, es pura mentira.
Acorde con la situación de pandemia, los delitos de mayor crecimiento fueron los delitos contra el patrimonio (que incrementaron un 42.74 por ciento en este lapso) y los robos a negocios, que crecieron un 38.51 por ciento.
Un delito no muy común, pero que tuvo un incremento extraordinario son los fraudes, que crecieron en un 108.72 por ciento.
También se nota el incremento de la incidencia delictiva en los delitos contra la libertad y la seguridad sexual, que crecieron un 36.84 por ciento, incluyendo la violación, que se elevó en un 22.22 por ciento en ese lapso.
Cierto es que bajaron los homicidios, producto de que los grupos delincuenciales trasladaron sus disputas territoriales a otros estados, así como los secuestros, estos últimos por la acción de las fuerzas federales contra las bandas dedicadas a estos crímenes. |