No están lejos en el tiempo los días en los que se salieron del PAN creyendo que podrían ser seguidos por cientos de panistas y miles de mexicanos a una aventura llamada México Libre, cuyos cargos de elección popular los exoneraría de sanciones penales, electorales, civiles, administrativas, que ambos tienen pendientes cuando consideraban que eran dueños de vida y guarderías en el país.
Pero esto no es lo único que divide a los panistas, desde que llegó el actual líder nacional hay panistas que han renunciado por la forma de conducir el partido y llevarlo al abismo.
Sin embargo, hay más causas de esta división que pareciera ser a veces una lucha a muerte, como la que sucede entre los panistas Javier Corral, gobernador panista de Chihuahua y la presidenta municipal de la ciudad de Chihuahua, la panista María Eugenia Campos.
Por su trayectoria y simpatías Maru Campos era la candidata automática de su partido a la gubernatura, siempre y cuando contara con el apoyo del gobernador; sin embargo, este no la quiere por asegurar que ella era operadora del exgobernador César Duarte, amiga de los empresarios del estado, y defensora de sus intereses y con esa idea ha tratado de difundir el lado oscuro de la alcaldesa de la capital chihuahuense.
En la entidad hay quienes quieren a Maru, hay quienes todavía apuestan por Corral y hay los que desprecian a ambos por su actuación en los últimos meses, y prefieren votar por otros candidatos y otro partido. Esto hace que un estado que todavía hace un año parecía ganar en las urnas el PAN, ahora será de cualquier otro partido menos del blanquiazul.
En la Convención Estatal del PAN en Chihuahua, los panistas decidieron no hacer alianzas electorales en esa entidad lo que seguramente les costará muy caro.
El PAN tiene también su guerra interna en Guanajuato, donde el gobernador panista Diego Sinuhé Domínguez, responsabiliza de la muerte violenta de un vendedor de tamales a la presidenta municipal de Celaya, Elvira Paniagua Rodríguez, también panista, mientras que los culpables de este inexplicable homicidio siguen sin castigo.
Quien da la nota de última hora es el senador de la sonrisa poco afortunada Damián Zepeda, que asegura que desechar el fuero al presidente de la República es pura simulación, mientras que en corto habla de que a él no lo representa la alianza electoral entre PAN y PRI. Dijo estar absolutamente en contra de esa alianza, y pareciera que no se quedaría en el PAN si se concreta dicha coalición electoral.
De quien ya no se habla nada es del excandidato a la presidencia de la República Ricardo Anaya, quien prometió platicar al pueblo de México capítulo por capítulo que integran su libro que pareciera está de adorno en las librerías, porque a pesar de ubicarse en espacios destacados, nadie voltea a verlo y menos aún lo compra. Mala inversión de espacio de las librerías y de tiempo del autor.
El PAN pareciera vivir su peor etapa y no parece que haya estrategia lógica para reactivarse electoralmente y en algunos lugares del país podría perder su registro, por lo pronto, en Tabasco, ya no tiene registro y va de mal en peor. El PAN no sólo se divide en rebanadas, sino que se desmorona. PEGA Y CORRE. - Ya no se podrá refugiar un delincuente de cuello blanco en el fuero que le otorga su puesto de elección popular como todavía sucede. El senado aprobó que los legisladores federales puedan ser juzgados por cualquier delito… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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