No había problema alguno, todo estaba resuelto, porque en cierta manera, se entendía claramente que los dos Senadores de la República, priistas, contaban con su propia estructura y una gran presencia política.
No había problema alguno, porque en el mismo centro del poder nacional, se estuvo de acuerdo en esta solución que también, planteaba, para muchos de los actores políticos, un gran dilema, es decir, decidirse por Pepe o por Héctor.
Lo demás ya esta cantado, es decir, ya es historia.
Pero, si, pero, ahora viene lo más interesante dentro del PRI, porque ante la militancia tricolor, ya se esta enviando otro mensaje, contrario, totalmente, a lo que se había planeado y sobre todo acordado.
Héctor Yunes Landa, sería el candidato a la gubernatura de dos años y Pepe Yunes, seguiría para la de seis, tanto que el proyecto político se mantuvo por mucho tiempo en un gobierno de ocho años, de acuerdo a lo establecido en aquellos primeros meses del año, dentro de un acuerdo político entre los dos Senadores y con el respaldo de las dirigencias nacional y estatal, no así como el beneplácito de Palacio de Gobierno, en esta capital veracruzana.
La derrota del PRI, de su candidato a la gubernatura, sobrevino con el desencanto tricolor, a tal grado de que muchos tuvieron que contener las lágrimas ante un hecho que también se consideraba histórico, después de que por más de ochenta y seis años, el PRI, había gobernado el Estado de Veracruz.
Esa derrota, aceptada plenamente por el mismo candidato, esta generando, ahora, nuevas perspectivas políticas, al grado de que se ha dicho ya que Héctor Yunes Landa, vuelve por la revancha y para lo cual ya se encuentra trabajando directamente en los distritos electorales, y en cada municipio de toda la entidad, y no precisamente, se afirma, lo hace para respaldar el acuerdo con Pepe Yunes, sino que su andar político lo esta sumando a su propia causa con la finalidad de presentarse, nuevamente, en el escenario estatal en busca de la gubernatura de seis años, el próximo periodo gubernamental.
Y todo, se dice, tiene como base que la derrota no fue de él, sino de aquellos que le tendieron la trampa, pensando que con estos obstáculos, les iría mal, después de que Héctor Yunes Landa, efectivamente, hiciera declaraciones precisas en el sentido de que habría de poner en la cárcel a todos aquellos que después de las investigaciones correspondientes, resultaran ser culpables de la debacle económica de Veracruz.
Ese fue su error, porque a partir de entonces, la maquinaria política oficial, se le fue encima, de tal manera, que los principales grupos políticos comenzaron a practicar estrategias desde Palacio de Gobierno, con la finalidad de debilitarlo y poner en su lugar a un candidato a modo, lo que también resultaba difícil de concretar, pero que logró que en Veracruz, la confusión se hiciera más grande.
Finalmente, el PRI, terminó su era de gobierno. Héctor perdió por el fuego, dizque amigo y por lo tanto, siente que su presencia política en la entidad, fuera de aquellas circunstancias, sigue siendo fuerte.
Pero, se insiste, dónde queda el acuerdo que tanta difusión tuvo en su momento y que hizo que todos creyeran en él, principalmente, el mismo Pepe Yunes, que por ahora, prefiere trabajar y discretamente desenvolverse en el campo político de Veracruz, para no ser, por ahora, golpeado sin deberla.
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TODAVIA NO COMIENZA el nuevo gobierno, pero dos cosas son las que esperan los veracruzanos en general.
Primero, que se cumplan las promesas de hacer justicia y devolver la tranquilidad que tanto hace falta en Veracruz.
Segundo, que implementen los programas y proyectos necesarios para dos años en la búsqueda del mejoramiento económico de los habitantes de la entidad. La pobreza y la falta de oportunidad, sigue siendo uno de los grandes pendientes que tiene este Estado.
Veracruz, esta cansado, maltratado, golpeado, pero con grandes deseos de alcanzar la justicia, pues se la deben desde hace tiempo.
Los veracruzanos, desean, al mismo tiempo, que termine la era del desprecio nacional, por los acontecimientos que se han dado en su propio territorio, pero de los cuales no tiene, de ninguna manera, la culpa el pueblo, pues es precisamente quien se ha visto más afectado, todavía.
De ahí que grande es el reto del próximo gobernante, que no tendrá, efectivamente, el tiempo suficiente para probar su eficacia, pues aunque haya buena voluntad, le faltaran recursos y los días serán contados para resolver los grandes problemas que padece la entidad.
En fin, que estaremos viendo grandes cosas, entre ellas, el cumplimiento de promesas hechas directamente al pueblo y que éste las tiene bien presentes y apuntadas. Nada se le olvidará cuando se tengan que ajustar, de nueva cuenta, las cuentas políticas y administrativas.
Por lo pronto, todo parece indicar que la cuenta regresiva para el actual gobierno, ha comenzado desde ahora, quizá fuera de tiempo, todavía, pero con el apresuramiento que los mismos veracruzanos, le están impulsando.
Faltan tres meses, quince días, aproximadamente.
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HAY FUNCIONARIOS que no son duartistas, pero que fueron contratados, en determinado momento, para resolver muchos de los problemas existentes.
Esos personajes están recibiendo, también, la serie de golpeteos políticos, porque estando dentro del mismo gobierno, no se distinguen por ser de otros grupos, sino al contrario, en medio de la confusión, también los han arrastrado hacia el defiladero.
Pero en fin, en determinado momento hicieron el compromiso de sujetarse a las condiciones que imperaban políticamente en el Estado, y lo han estado cumpliendo al pie de la letra.
Son aquellos hombres y mujeres que se han sabido sacrificar por atender las recomendaciones de quien los ha impulsado.
Para ellos, más que golpeto político, debería recibir reconocimiento.
Ya habrá tiempo de dar nombres. Por ahora, en la vorágine duartista, también son de aquellos afectados, diríase, colateralmente.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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