Daniel Badillo, comunicador de profesión escribe hoy en su columna ‘El arte de gobernar’ que ‘Cuitláhuac García Jiménez, no requiere aduladores; no los necesita. Por el contrario, sí de la crítica objetiva y constructiva’. ‘Sostener que el nuevo mandatario resolverá en automático los grandes problemas de la entidad resulta aventurado o que tiene una gran capacidad para afrontar los retos en materia de salud, educación, seguridad pública, infraestructura, medio ambiente, finanzas públicas, etc., es igualmente incierto, dependerá de la capacidad de su gabinete y de la Federación, sobre todo cuando 9 de cada 10 pesos de presupuesto público que se ejercen en Veracruz, provienen de la federación’.
‘Ayudarlo significa ayudar a Veracruz; por eso, sorprende que muchos de quienes formarán gabinete reaccionen visceralmente a la crítica y consideren que disentir es parte de un “complot” para descarrilar su gobierno; actitud que no los llevará a nada bueno’.

Y, sabe qué, Badillo tiene mucha razón, vale la pena leer puntos de vista profesionales pues gobernar es un arte, y los aduladores, no la crítica que se publica es lo que derrumba gobiernos inseguros.

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