Encontraron que en situaciones en las que los hombres podían beber alcohol y no las mujeres, los hombres solían ser infiel. Por otro lado, cuando ambos podían beber alcohol, la relación se mantenía y no había infidelidad.
Los resultados confirmaron que los topillos suelen exhibir el mismo comportamiento que los humanos cuando beben. En la especie humana, el consumo excesivo de alcohol está asociado con una alta tasa de separación en las parejas, según el Dr. Andrey Ryabinin, uno de los autores del estudio.
El equipo luego decidió analizar a los topillos para ver si podían encontrar una razón biológica para explicar la infidelidad. Al analizar los topillos que habían bebido, encontraron que se habían materializado cambios en una región específica del cerebro: la sustancia gris periacueductal. Se trata de la sustancia gris que rodea el acueducto cerebral en el mesencéfalo. La función esencial de esta región es reducir el dolor excesivo.
Los autores creen que el la región puede tener un rol en el efecto que tiene el alcohol sobre las parejas.
(Texto de Jody Serrano vía gizmodo.com, si gusta ver el texto completo puede encontrarlo aquí https://goo.gl/iLefnn) |