De acuerdo a un artículo publicado en vitonica.com de Iria Reguera, hay buenos consejos para ayudarnos a dormir bien en estos días.
Mantén tu habitación a oscuras
Durante el día deberíamos mantener la habitación donde vamos a dormir a oscuras para que se caliente lo menos posible. Al mismo tiempo, si podemos dejar entrar el aire - por ejemplo, bajando la persiana para que no dé el sol, pero dejando abierta alguna rendija para que entré aire - de manera que se cree algún tipo de corriente, la habitación se mantendrá más fresca.
Cuando se acerque la noche, y la temperatura haya bajado, podemos abrir las ventanas y persianas procurando que creen corriente con alguna otra ventana de la casa. De esa manera, la habitación terminará de refrigerarse y estará a una temperatura más adecuada para conciliar el sueño.
Hidratarnos lo suficiente
Mantenernos hidratados es un básico para nuestra salud, pero además ayuda a controlar nuestra temperatura corporal. Por ello, es importante que consumamos agua durante el día, pero también antes de irnos a dormir y durante la noche. De esta manera conseguiremos que nuestra temperatura corporal no se eleve tanto y, además, mantendremos la deshidratación debida al calor a raya.
Evitar el alcohol
Tomar una cerveza fresquita pueden ser muy tentador a la hora de intentar mitigar el calor, pero la verdad es que lo único que conseguiremos consumiendo alcohol es deshidratarnos un poquito más y que nos cueste todavía más dormir.
En vez de tomar alcohol, si no queremos consumir agua constantemente, podemos optar por otras bebidas hidratantes y refrescantes como té helado hecho en casa, limonada sin azúcar o aguas saborizadas - también caseras-.
Ducharnos antes de ir a dormir
Darnos una ducha antes de irnos a dormir puede ser una muy buena idea, pero aunque sea lo que nos pide el cuerpo, lo mejor es no hacerlo con agua demasiado fría - aunque tampoco con agua demasiado caliente-. Según algunas investigaciones, deberíamos intentar ducharnos con agua templada. El motivo es que el agua templada calienta ligeramente nuestro cuerpo, pero facilita que está baje lo suficiente cuando entramos en una habitación más fría.
Este cambio de temperatura sería el que mandaría la señal a nuestro "reloj interno", lo que permitiría al cuerpo prepararse para irse a dormir.
(Si gustas saber todo acerca de este tema te invitamos a visitar el portal vitonica.com y leer el artículo completo) |