Cine



Porque soy mexicano


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Amado Lince
2018-03-05  
23:03

En el 2000 Natalia Lafourcade no tenía un hombre ni a Gael García. Ayer, juntos interpretaron la que a la postre sería premiada con el Óscar a mejor canción original del año: Recuérdame. Y sí, todos recordaremos la noche de la 90 entrega de los premios de la academia, como la culminación del encumbramiento de la élite cinematográfica mexicana.


En el 2000, Alfonso Cuarón era un director emergente en hollywood con un par de producciones relativamente exitosas; Alejandro González Iñárritu presentaba su primer largometraje -Amores Perros- luego de una exitosa carrera en la radio y dirigiendo comerciales; Emmanuel “El Chivo” Lubezki, ya presumía créditos como director de fotografía en películas como “Conoces a Joe Black” protagonizada por Brad Pitt, o “Sleepy Hollow” con Johnny Depp; y Guillermo del Toro rompía el molde del director mexicano, explorando la ciencia ficción y la fantasía con películas como “Cronos” y “Mimic”


Ayer, Guillermo del Toro se fue a casa con dos premios de la academia, el de mejor director y el de mejor película por su mágica “The Shape of Water”, consolidando la influencia mexicana en Hollywood. Con los 4 Óscar de González Iñárritu, los 3 de Lubezki y los 2 de Cuarón, los alegres compadres mexicanos suman 11 premios en tan solo 5 años, y en las categorías más importantes: Mejor película, mejor director, mejor guión y mejor fotografía. Sin contar otros premios del circuito como globos de oro, bafta, etc. 


Del Toro, Cuarón, González Iñárritu y Lubeski son la élite cinematográfica mexicana, aunque hace mucho no vivan en México. Su influencia se nota principalmente en el mecenazgo hacia compatriotas como Gael García Bernal y Diego Luna, ambos actores reconocidos por Hollywood y con una trayectoria brillante que inició bajo la tutela de los alegres compadres. Así como al guionista Guillermo Arriaga y al músico Antonio Sánchez -nieto de Ignacio López Tarso-, quienes también han logrado hacerse de una reputación en la industria del cine. 


Con la participación de Salma Hayek -quien junto a Ashley Judd y Anabella Sciorra representó al movimiento Time´s Up, contra el acoso sexual en Hollywood-, Además de Eugenio Derbez y Eiza González, lo más granado de la industria del entretenimiento dedicó la velada al empoderamiento de la mujer y de los migrantes. Desde el monólogo de apertura de Jimmy Kimmel, hasta el discurso de la ganadora a mejor actriz, Frances McDormand, pasando por las participaciones de la mexico-keniana Lupita Nyong’o, del americo-pakistaní Kumail Nanjiani y el poderoso mensaje de Guillermo del Toro a favor de los migrantes, Hollywood dejó claro su postura contra las políticas de Donald Trump y contra el acoso sistemático que mujeres y hombres sufren cada día por parte de gente en posiciones de poder. 


El caso de Salma Hayek es particular. La oriunda de Coatzacoalcos fue, por muchos años, la única mexicana en Hollywood, por lo mismo siempre estuvo encasillada en los clichés del latino en Estados Unidos, no obstante de su magistral interpretación como Frida Khalo, que le valió una nominación al Óscar, y en cuya producción, hoy sabemos, sufrió acoso del infame Harvey Weinstein. Salma fue siempre la luz incombustible que México tenía en el cine de los grandes estudios, y fue ella quien abrió el paso a otro tipo de actores como Eugenio Derbez, Demián Bichir, Karla Souza, Diego Boneta, la veracruzana Ana de la Reguera o Eiza González, quienes, al igual que Salma, venían del mundo de las telenovelas. Y, porque somos mexicanos, han sido objeto de críticas feroces y mordaces por muchos compatriotas. 


Explicar el éxito que Eugenio Derbez o Eiza González tienen en Estados Unidos, y el por qué fueron considerados por la academia para ser presentadores en los Óscar, nada tiene que ver con su capacidad actoral, sino con la nostalgia que los millones de migrantes mexicanos sienten por su tierra, y los hace llenar las salas de cine para ver aquellas escenas, chistes y actores que les recuerdan su patria, la cultura televisa con la que muchos crecieron. Será difícil que Derbez gane un Óscar, pero eso no le quita méritos al éxito que ha alcanzado. Lo mismo sucede con Eiza, quien protagonizó su propia serie de tv “From Dusk ‘till Dawn: The Series”, donde interpretó a Satánico Pandemonium, el personaje que justamente convirtió a Salma Hayek en un ícono sexual en la película homónima de Robert Rodríguez de 1996, y ahora también protagonizó la aclamada cinta “Baby Driver”. Ambos fueron parte de la 90 entrega de los Óscar, a diferencia de los cientos de miles que los critican sentados en el trabajo que odian, es algo que vale la pena reflexionar. 


México se sintió aún más en el teatro Dolby de Hollywood, con el triunfo de “Coco”, la película de Disney/Pixar basada en la tradición del día de muertos, a mejor canción original y mejor película animada. La introducción de la canción “Remember Me” fue interpretada de manera muy desafinada por Gael García, antes de dar pie a un perfomance de la coatepecana Natalia Lafourcade y el cantante Miguel, acompañados de un ballet tapatio. Sin embargo vale la pena recordar que si bien la película se basa en la tradición mexicana, es una producción de Estados Unidos, y los ganadores de ambas categorías: Kristen Anderson-Lopez y Robert Lopez por canción, y Lee Unkrich y Darla K. Anderson, ganadores por mejor película animada, son estadounidenses. Aunque no es para ponerse como John Ackerman.


La gran sorpresa de la noche se dio justamente en el premio a mejor película, donde la favorita “Three Billboards Outside Ebbing Missouri”, perdió contra la multipremiada “The Shape of Water” de Guillermo del Toro -que también se hizo con los premios a mejor música y mejor diseño de producción-, sin embargo logró llevarse las estatuillas a mejor actriz para Frances McDormand, y mejor actor de reparto con Sam Rockwell. Por su parte Allison Janney se llevó el premio a mejor actriz de reparto por su papel en la cinta “I, Tonya”. 


Gary Oldman, por su camaleónica interpretación de Winston Churchill en “The Darkest Hour” confirmó su papel de favorito y cerró el ciclo de premiaciones con el Óscar a mejor actor. Además, dicha película también ganó el premio a mejor maquillaje. Otra de las sorpresas de la noche fue el premio a mejor guión original para el comediante Jordan Peele, por la cinta de horror “Get Out”, la cual ha sido una de las grandes cintas de la temporada, y que se ha convertido en una de las películas más exitosas de la historia gracias a una monstruosa recaudación en taquilla (300 mdd) comparada con su bajo costo de producción (4 mdd). y que es reconocida junto con la gigantesca Black Panther, como una de las películas de empoderamiento de la raza negra. Por su parte, la controversial “Call me by your name” de Luca Guadagnino, ganó el Óscar a mejor guión adaptado para James Ivory.


La gran perdedora de la noche fue la cinta de Paul Thomas Anderson, “The Phantom Thread”, la cual es la última película de Daniel Day Lewis, el actor de método que ha anunciado su retiro, y que solo ganó el Óscar a mejor vestuario, la categoría menos importante de las 6 en las que competía.


En las categorías técnicas, tanto “Dunkerque” de Christopher Nolan así como “Blade Runner 2049” de Ridley Scott, fueron las ganadoras indiscutibles con 3 y 2 premios respectivamente, incluyendo mejores efectos visuales, mejor edición de sonido, mejor edición, mejor mezcla de sonido y mejor fotografía. 


Otra de las sorpresas de la noche fue el Óscar a mejor corto animado que ganó “Dear Basketball” y cuyos recipientes fueron Glen Keane, animador de la sirenita, la bella y la bestia o Aladdin, entre otras. Y el mismísimo Kobe Bryant, la ex superestrella del basketball quien produjo, escribió y protagonizó el cortometraje, mismo que fue musicalizado por el enorme John Williams, y que es una interpretación animada de una carta publicada por Kobe en 2015 donde anunciaba su retiro del deporte. 


En la categoría de película documental ganó el perturbador “Icarus”, que comenzó como un ejercicio de recrear el dopaje de Lance Armstrong y terminó descubriendo un complejo programa de doping en el comité olímpico ruso patrocinado por el gobierno de Vladimir Putin, y que llevó al objeto del documental a vivir en el programa de protección de testigos de los Estados Unidos. 


Otros ganadores de la noche fueron “Una mujer fantástica” de Chile, como mejor película extranjera; “The Silent Child”, como mejor cortometraje y; “Heaven is a Traffic Jam on the 405” como mejor corto documental.

 
 
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