Los turistas gozan de los lecheros, las banderillas, canillas, bombas de frijol y los consomés de pollo o de pavo; se divierten escuchando el sonar de las maderas chiapanecas que entonan alegres los cantares de Lara, Toña La Negra, y de vez en cuando alguna de Rigo Tovar o Chico Ché. Por ahí de repente llega algún despistado político que es toda amabilidad, todo saludador. Muchos de ellos están a punto de ser canonizados porque no han hecho nada, se han pasado el sexenio nadando de a muertito y cobrando sus quincenas y viáticos, pero de obras ni las conocen, por eso no tendrán ni que confesarse este fin de año, pues no han hecho nada. Recuerden que con la salida en tropel de los que buscan ser candidatos a diputados, también vendrán renovaciones y será momento para que Javier Duarte cierre el año y que trate de cerrarlo bien. Aquellos que hacen de la política el “arte de hacerse mensos”, seguramente tendrán una invitación pero para hacer sus maletas… o para irse a la campaña, que ya se sabe que lo ocupan muchos presupuestívoros como agencia de colocaciones y trampolín para el próximo gobierno. |