Una campaña es como cualquier otra actividad profesional humana. Requiere objetivos y metas instrumentales o intermedias. Estrategias y acciones tácticas en el campo del juego político. Necesita especialistas y nunca se tiene el control de todo. Los políticos mexicanos son todólogos, pero saben poco de muy poco. Son pequeños y efímeros dictadores. Sus colaboradores terminan creándoles un pequeño mundo en donde cada antesala y tema tiene un controlador. Ellos buscan captar votos, y los que los rodean captarlos a ellos. Pierden tiempo, recursos y mucho dinero. También, obviamente, pierden elecciones. En las inminentes elecciones habrá triunfadores y perdedores. Pero buena parte del país será la gran perdedora. Comenzará el pago de facturas, las conductas feudales, los arrebatos gubernamentales y las ocurrencias de acciones públicas. Bien se dice que los políticos mexicanos terminan como los boxeadores: tocados y en el suelo. Pobre de México, pobres nosotros los mexicanos. |