Por las recientes señales que salen del viejo edificio de Insurgentes Norte, la estrategia de Enrique Ochoa y de Los Pinos para recuperar la confianza del electorado en los estados donde le tundieron duro al PRI en las pasadas elecciones, es apretar las tuercas a funcionarios y gobernadores hasta, quizá, llevarlos a la cárcel. Pero la estrategia ahí no para. Por otro lado, se pretende utilizar a las delegaciones federales como sus mejores operadores políticos. Según nuestras fuentes, se ha evaluado ya a los delegados y muchos se irán. En Veracruz, SEDESOL y SEDATU ya tienen relevos con nombre y apellidos. Anilú Íngram y Pedro Yunes Choperena, están en la mira por ser productos de una negociaciones ya superadas. Pedro tiene una larga lista de negocios y componendas; mientras que Anilú tiene cientos de quejas por negarle apoyos a grupos políticos que no le sirven para construir “su” candidatura” al Senado, además de la voracidad de sus operadores que siguen extrañando a su jefe Marcelo. El estudio de estos casos, nos dicen, lo dejó Carolina Monroy en el escritorio de Enrique Ochoa, y solo falta el acuerdo con Peña. |