Muchos analistas se preguntan qué pasará con los diputados federales veracruzanos que hace algunas semanas firmaron un documento en el que apoyaban a Javier Duarte de Ochoa, y amenazaron con dejar las filas del partido si se consumaba la “injusticia” de expulsarlo. Por ahí no va el tiro… no se ve cómo los diputados federales priístas vayan a renunciar siguiendo a Duarte al desfiladero como las ratas en el cuento del Flautista de Hamelín. El problema es que la oposición comience a señalar con el dedo de fuego a aquellos diputados priístas que están siendo señalados por posibles desfalcos y daño patrimonial, puesto que si por la pura mala fama generada al partido se le suspendieron temporalmente los derechos a Duarte, con la mano a la cintura pueden pedir que también se le suspendan sus derechos (aunque sea temporalmente) a Tarek, Spinoso, Mota, y los demás. Bueno, en eso radica la urgencia, pues una vez expulsado por una orden de aprehensión en firme, ya no se estaría hablando de lo mismo. Duarte ya es prófugo de la Ley, y los diputados aún están siendo linchados mediáticamente y tienen la presunción de inocencia. Pero aún mucho más importante: no se desharán de ellos porque necesitan sus votos. Si les suspenden sus derechos o los expulsan, seguirían siendo diputados y el PRI perdería la mayoría necesaria para sacar adelante sus reformas. No le busque tres pies al gato. En cuanto salió la semana pasada al aire el reportaje de Televisa señalando a los diputados federales veracruzanos, el líder de la bancada tricolor en San Lázaro, César Camacho Quiroz, les dio su total apoyo y fuentes legislativas comentan que les dijo: “no los van a tocar, a menos que pasen por encima de mí”. ¿Será? ¿Qué opina? |
