Llegó a Veracruz con la espada desenvainada el sacerdote Alejandro Solalinde, pues lo mismo repartió caña y culpas a los funcionarios anteriores que a los actuales del gobierno estatal por la emergencia humanitaria que representan los cientos, y se dice que hasta miles, de desaparecidos que permanecen enterrados en fosas clandestinas. Pero lo crudo y lamentable es que hasta al Obispo de Córdoba, Eduardo Patiño, le tocó su parte. Solalinde afirma que el jerarca católico tiene información sobre la ubicación de más cementerios clandestinos en su zona. “En una reunión con la Provincia Eclesiástica de Veracruz, el obispo Eduardo de Córdoba me corrigió y me dijo: no sólo es una, son dos cuevas. Él también tiene información, debería de darla”, aseguró Solalinde. Pues si Patiño cuenta con esa información, no está a su elección o voluntad proporcionarla, sino que se trata de una obligación, ya que de lo contrario se convertiría en cómplice de un crimen de lesa humanidad. A ver qué responde el clérigo. |