Muy extrañas las maniobras del alcalde del Puerto de Veracruz, Ramón Poo Gil, en favor de los intereses económicos de Odebrecht –empresa brasileña acusada internacionalmente de sobornar funcionarios para sembrar inversiones-, entre esos intereses está Grupo MAS.
Por ello resulta extraño, muy extraño que Poo se desviva por defenderlos por encima de cientos de trabajadores que perdieron sus fuentes de trabajo por su decisión de disolver al SAS.
Extraño que a la fecha el Grupo MAS no informe de las mejoras y resultados, ni haya invertido los millones con los que dijeron salvarían al SAS de la banca rota en que la dejaron funcionarios duartistas.
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