La campaña de Tomás Carrillo Sánchez, el “negrito” preferido de Fidel y Duarte, sufre y no por el calorón de la tierra de Carpio y Fentanes, sino por el olor a azufre que deja en Palacio su compañera de partido Adriana Maass.
Todo lo malo, todo lo puerco, toda la animadversión que Adriana ha sabido cultivar en su contra como alcaldesa, le ha caído encima a Tomás.
Para acabarla de fastidiar, aseguran que el tesorero Alfonso Moya Hernández, a quien Adriana responsabiliza de los desfalcos millonarios que el ORFIS le reclama penalmente, resultó ser pariente político de Tomás.
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En una extensa carta enviada a Política al Día, empleados sindicalizados alertan de que Adriana prepara su fuga al extranjero y aseguran que nadie del ORFIS ni de la Fiscalía del Estado hace algo por evitarlo.
Ya ni al desfile del uno de mayo se presentó y su “cómplice” Moya Hernández, ya dejó la tesorería… |