¡Imagínese a qué nivel estamos!
Estos sobornos se pagan a las autoridades lo que nos lleva a una preocupante tendencia de deterioro de los Derechos Humanos.
La próxima vez que se queje de lo corruptos que son los políticos, tal vez debería revisarse la boca para ver si no le sangra por morderse la lengua.
Ojalá estuviéramos al nivel de Trinidad y Tobago, donde el porcentaje es solo del 6%; o de Brasil, con 11%; o ya de perdida como Guatemala con un 28%.
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