A pesar de que desde el año pasado la CNDH alertó que en el Penal de La Toma ‘proliferaban actividades ilícitas que ponían en riesgo las condiciones de gobernabilidad’, nada se hizo, alguien no hizo su chamba y lo que tenía que pasar pasó con saldo funesto de 6 policías y dos internos muertos y al menos 22 internos heridos de gravedad.
A toro pasado, las autoridades que no cumplieron con su deber comienzan a levantar los pedazos rotos del piso.
Ha trascendido la detención del director Valentín Hernández, señalado de corrupción y malos tratos, así como de 10 custodios por su presunta relación con el motín y lo que sigue es fácil de suponer.
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