El relajo político por la instalación de postes y cámaras de vigilancia se pudo evitar con un permiso condicionado a la SSP para cubrir los requisitos legales.
Sin embargo, por la falta de sensibilidad del alcalde y sus colaboradores, sufrieron el repudio de una sociedad que clama por seguridad a sus bienes y vidas.
Luego del zafarrancho, el alcalde dobló las manos y fue con la cabeza gacha a ‘limar asperezas’ con Yunes Linares y a llorarle que le ayude a combatir la inseguridad en la zona noreste de Xalapa que es ‘alarmante’.
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