Mucho ruido y pocas nueces con el Juicio Político de Winckler, diputados solo patinan.

Cuando se menciona el término de Juicio Político lo menos que despierta es morbo de que algo muy grande se fragua en contra de alguien.

Sin embargo, muy pocos saben qué es un Juicio Político, si ha habido alguno en fechas recientes o si son efectivos. En realidad, este tipo de juicios -según la catedrática de derecho en la UV, directora de la Revista Jurídica Themis y Miembro del Sistema Nacional de Investigaciones, Masirol Luna Leal- son ineficaces e ineficientes. ¿Recuerda Usted alguno?

Hay otros autores que afirman que entre algunos Constituyentes de 1856 permeó la idea de que el Juicio Político debía ser solo un juicio de opinión, contra aquellos funcionarios a los que se les pierde la confianza pública y que se llegan a convertir en un obstáculo para un buen funcionamiento administrativo. El Juicio Político para los Constituyentes facilitaba el camino para destituirlo cuando ya no merecía la confianza pública… pero eso fue hace más de 150 años.

Ahora que está tan en boga el famoso Juicio Político contra el Fiscal Jorge Winckler, valdría la pena preguntarse si se puede hacer y si tendría consecuencias.

El verdadero meollo del asunto (por el momento) es remover al Fiscal, por lo tanto, tal vez ni siquiera sea necesario modificar la Ley ni hacer las reformas que se están buscando. El Congreso Local (una vez convertido en Tribunal Político) estaría facultado para aplicar las sanciones que fije la Constitución. Podrían como funcionario público destituirlo o inhabilitarlo a perpetuidad para desempeñar funciones, empleos, cargos o comisiones de cualquier naturaleza en el servicio Público.

Al menos, se sabe que dos de las siete denuncias de Juicio Político presentadas podrían tener el sustento suficiente para ello, -la de ONEA y la del abogado Jorge Reyes Peralta-.

En Juicio Político a estas alturas sería la cereza en el pastel, aunque ni siquiera se sepa para qué sirve.