Y es que el Contrato de Comodato y Usufructo firmado por el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa en el 2013, establece entre sus cláusulas que en caso de perder el Club su categoría en Primera División, el contrato queda disuelto y el Club regresaría a manos del Gobierno del Estado.
Por esto, como bien establece David Faitelson en su cuenta de Twitter, “Al perder su categoría como equipo de primera división, el @ClubTiburones ha dejado de pertenecer al Sr. Fidel Kuri. Apenas termine el torneo, tiene que reintegrar al gobierno estatal el Estadio, el escudo, el nombre y el centro de formación (Cuarta cláusula del contrato de comodato)”.
Así, los Tiburones están ahora en manos del Gobierno de Veracruz, y será el nuevo gobernador Cuitláhuac García Jiménez quien decida qué hacer con el equipo. Puede refrendarle la franquicia a Kuri, puede vender el equipo o puede sencillamente deshacerse del equipo y dejarnos sin futbol, dejándonos sin Béisbol profesional y ahora sin futbol profesional.
Lo cierto es que cuando menos Fidel Kuri ya no podrá amagar con llevarse el Club a Mérida, ¿A qué Club se llevaría? Si no le pertenece porque pedió la categoría.
Así las cosas. Los Tiburones Rojos están en manos de la 4T y la austeridad. El futbol veracruzano está en la tablita. |