Zenyazen le pica la cresta a la diputada Erika Ayala, pero debe dejar el juego mediático

A quien en los cafés políticos le van patas para gallo y probable sucesor del gobernador Cuitláhuac García Jiménez es a Zenyazen Escobar García, titular de la Secretaría de Educación de Veracruz, quien un día es noticia por las obras que realiza y otro por simplemente hacerse presente en alguna escuela, además de no cejar en sus intentos de encarcelar a exfuncionarios yunistas de la dependencia. 

Ahora, vuelve a ocupar los titulares de los medios al destapar y precisar por segunda vez la evidente corrupción propiciada, según las señas, por la líder sindical del COBAEV y diputada local por el PRI, Erika Ayala Ríos. 

Se entiende que eso, ni más ni menos, es su obligación. Se entiende que quien abusó o sigue abusando de su poder sindical o político debe ser llamado a cuentas. Si Érika Ayala es responsable de la corrupción en ese Sistema Educativo debe pagar por ello. Debe resarcir los daños al erario. Debe ser incluso privada de su libertad. 

Pero Zenyazen debe dejar de jugar mediáticamente y proceder como está obligado por la ley. Si él tiene conocimiento de ilícitos es su deber denunciarlo, pero no sólo en los medios (como lo hizo recientemente) sino por la vía penal con pruebas. 

Si Zenyazen tiene en su mente lo que hoy ya se da como altamente probable, debe demostrar seriedad, firmeza y dejarse de espantar con el petate del muerto para ganar espacios en los medios. 

Zenyazen debe proceder y la autoridad debe solicitar de inmediato el desafuero de la diputada y ser llevada a juicio. No hay de otra. 300 aviadores y cobros injustificados como el que recibe el hijo de la diputada que es menor de edad y sin nivel académico comprobable, cobrando altísimo sueldo como catedrático es algo que debe ser castigado.