Todo eso dijeron, escribieron y aseguraron.
Pero no sucedió así.
¿Qué fue lo que pasó en realidad? .
El mismo Duarte no lo sabe. Solo dijo lo que sus abogados le prometieron. ¡Ya todo está listo para que salgas le dijeron como lo ha repetido una y mil veces. !
Algunos con mente amplísima y sin recato alguno, se han aventurado a decir que desde Washington el mismo Trump le ordenó a AMLO que no lo dejara salir porque el exfuncionario mexicano Genaro García Luna detenido en Estados Unidos y acusado de tener vínculos con el narcotráfico y lavado de dinero lo mencionó entre muchos otros exfuncionarios calderonistas y exgobernadores mexicanos.
¡Mentira! García Luna aún no canta.
¡Qué mentes tan prolíficas! Solo buscan lo sensacional, lo escandaloso y deslumbrante de las noticias. Pero a pocos se les ha ocurrido suponer que quizá ni existió la posibilidad que se menciona y solo fue una mentira ortodoxa de esas que suelen utilizar algunos abogados para hacerse de un dinero extra de fin de año y una vez más engañaron a Duarte de que con solo ‘solicitarlo’, un juez podría dejarlo llevar su proceso en libertad o bajo la figura de arresto domiciliario.
Sin embargo, fue tan contundente la respuesta del juez federal a la insulsa petición de Duarte, que simplemente se lo negó y Duarte pasó el fin de año encerrado. Y, no es la primera vez que sus abogados engañan a Duarte. Recordarán que aquello de que pronto dejaría el Penal donde Peña Nieto lo dejó recluido por ratón, ha sido una cantaleta mediática declarada por él mismo Duarte, y que ese ‘Pronto voy a salir libre', ha sido solo un circo productor de notas mediáticas. .
Mientras tanto, las chocantes especulaciones seguirán girando en torno a la ‘pronta salida’ de Duarte de una cárcel en la que para muchos veracruzanos debería permanecer no sólo por los 9 años que se le dictaron como sentencia, sino para siempre.
Es más, muchos veracruzanos quisieran que a Duarte le pasara lo mismo que aquel mago Blacamán malo y desalmado, al que Blacamán el bueno, -al que le había destrozado y torturado toda su vida- lo sepultó vivo y cada año, regresa hasta su tumba para revivirlo para que siga sufriendo para siempre, según la imaginación de Gabriel García Márquez que dejó escrito en su ya clásico cuento ‘Blacamán el bueno, vendedor de milagros’.
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