Sin embargo, no adelantemos vísperas. Cuitláhuac aún puede enderezar el camino:
El Plan Veracruzano de Desarrollo está bien. Los propósitos también.
El problema real es que muchos de sus colaboradores no le supieron cumplir ni a él ni a los veracruzanos.
¿Qué necesidad hay de que Cuitláhuac cargue sobre sus espaldas un criminal subejercicio en el Presupuesto 2019? ¿Quién le aconsejó que esta política de comunicación social le convenía?
Como política de comunicación social es pésima.
Le hacen tragar culpas ajenas y cómplice de delincuentes, porque el subejercicio del gasto e inversiones es un delito. Se violó la Ley de Egresos autorizada por el Congreso. Cada peso autorizado tenía un propósito y una obligación. El dinero se autoriza con base en un compromiso de metas planeadas para abatir la pobreza y la inseguridad, mejorar la salud y la educación, abatir los déficits en infraestructura e incentivar la economía.
Por ello los subejercicios no son ahorros, son delitos.
Por ello, muchos se deben ir y no a su casa, sino a la cárcel por ineptos.
¡No los proteja gobernador el cuete no es todo suyo!
¡No se trague culpas ajenas!
¡Córralos!
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