Y aunque a Doña Olga Sánchez Cordero la que algunos pensaron dejó fuera de la jugada, pero lo cierto es que no, las mujeres son siempre más reservadas pero mucho más astutas. Ella apareció junto e Ebrard. ¡Qué tal que queda! En esta semana permaneció calladita y bien que hace, puesto que para cualquier emergencia la que ocuparía la mejor silla del Palacio Nacional sería ella. AMLO se ha expuesto demasiado y ante un nada eventual contagio que lo ponga en cuarentena obligada ella sería quien se haría cargo del país.
Al que si no le fue nada bien fue a Mario Delgado, líder en San Lázaro, pues a él ni los reflectores del Eje Tres lo alumbraron.
Así que cómo ven, AMLO es la estrella del espectáculo.
Por un lado fustiga a sus adversarios políticos, hace campaña política a diario a nivel nacional y los fines de semana por los rincones del país; reparte billetes a los sectores vulnerables, prepara su sucesión y a sus posibles sucesores.
Es la estrella del espectáculo. ¿Sí o no?
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