No obstante, en lo natural se van configurando tres nombres que en la segunda del hipódromo político van a la cabeza: el Canciller Marcelo Ebrard; la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheimbaum Pardo; y el Senador Ricardo Monreal Ávila.
A los demás del gabinete se les ve muy ñangos y suerte tendrán de llegar la mitad del camino al lado de Andrés Manuel López Obrador. A menos claro, que las disputas internas de MORENA los lleve hasta la imperiosa necesidad de jalar por algún candidato de nivel de entre los partidos aliados en donde podrían voltear a ver al ex gobernador de Chiapas y senador Manuel Velasco Coello, quien entre las filas del Verde es hoy quien reparte las fichas.
Por lo demás, en la oposición no se ve un solo gallo con espolones que pueda hacerles sombra a los tres enlistados.
Las figuras de las que podrían echar manos los azules serían uno que otro gobernador como Javier Corral, un chivo en cristalería dentro y fuera de las siglas del PAN; Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro; o Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas. Imprevisible algún puntero de peligro, ya que de aquí el 2024 lo primero que tendrán que decidir será su cúpula en el CEN azul.
Al PRD no le quedará más remedio que pegarse a las faldas del algún otro partido. No tiene ni presencia nacional, ni gallos con calidad moral como para intentar ir solos.
Pero ojo, mucho ojo, se le deberá poner al ex presidente Felipe Calderón o a su esposa Margarita Zavala quienes no cejan en su intento de volver a gobernar el país y quienes con un nuevo partido contarían con un gran número de seguidores azules y empresariales en todo el país.
Además, la 4T y el mismo Andrés Manuel López Obrador parecieran estar empeñados en inflar su popularidad y mantenerlos vigentes con ataques hacia el expresidente. ¡Aguas! Porque si Felipe logra esquivar los obuses que salen desde los tribunales gringos que hoy buscan encarcelar de por vida a Genaro García Luna, se puede poner peligroso. Él o Margarita pudieran hacerle la travesura a Morena en el 2024.
Así las cosas a casi un año de las elecciones intermedias. Se ve difícil que le quiten el sartén a Morena, pero no imposible. Y en política nada es, hasta que es. |