Cada ajuste de gobierno lleva su consabida respuesta en las calles.
Qué difícil, compleja y dolorosa situación, que aún en medio de la pandemia la lucha por el poder político se lleve entre las patas a la población.
El caso más patético ha sucedido en Jalisco, donde mientras el gobierno busca no caer en la provocación, fuerzas oscuras infiltradas en la policía busca dañar a los manifestantes para prender la mecha.
Por un lado, ante los hechos violentos la población se inquieta y enoja de ver en vivo y a todo color la impunidad con la que vándalos destrozan todo a su paso.
Por otro, los provocadores solo esperan un paso en falso de la autoridad para que se prenda la mecha.
De verdad, qué difícil situación política se vive hoy en nuestro país.
El gran dilema de la autoridad hoy es reprimir y encender la mecha social o hacerse a un lado cargando sobre sus lomos el rechazo popular de pasar por incapaces.
Esta vez se ve difícil que nuevamente David venza a Goliat. |