Es decir todos los magistrados en la mesa decretaron por de manera contundente la INOCENCIA de Juan Antonio.
Cuánto debió sufrir Toño y su familia. Noches de desvelo, de tensión, de angustias y desilusiones por la ingratitud de aquellos que se decían amigos y de ser presa –día a día- de ácidos e inculpadores comentarios de sus detractores políticos.
Cuánto debieron padecer los Nemi. Solos como familia, por la falta de escrúpulos de ex funcionarios públicos desnaturalizados que no buscaron aplicar la justicia en sí, sino alimentar el escándalo público,cuál circo romano mediante la fabricación de pruebas como en su momento lo hicieron fariseos judíos.
Afortunadamente, hubo no pocos que conociendo muy bien la integridad de Toño y jamás dudaron de su verticalidad y esfuerzos personales por enderezar la cloaca en la que había caído el Sector Salud.
Es un triunfo político. No.
Es un triunfo de la justicia y de los inocentes que la claman sin ser escuchados.
Es un justo triunfo de Toño y de toda su familia que a pesar de todos los pesares nunca se rindió, nunca bajó los brazos y siempre confiaron en su INOCENCIA.
De aquí en adelante, muchos habrán de tener cuidado con sacar y utilizar las viejas notas del Google y con publicar refritos acusadores; pues el currículo de Juan Antonio Nemi Dib ha quedado limpio como la nieve y quien se quiera pasar de lanza, podría ser llamado a la justicia por difamación.
Qué bien, por Toño, qué bien por su unida familia, que bien por la justicia. |