Ernesto Pérez Astorga aseguró que la reforma es histórica en beneficio de todo México y que se están dejando de lado las antiguas políticas privatizadoras. La presente reforma busca: 1. Eliminar las prácticas relacionadas con el comercio ilícito de hidrocarburos; 2. Fortalecer la economía nacional; 3. Abonar al fortalecimiento de las empresas productivas del Estado; lo anterior a rango de Ley los requisitos mínimos de almacenamiento de petrolíferos y la posibilidad de eliminar los contratos previamente pactados.
Por su parte, Julen Rementería se cuestionó que “en cabeza de quién se le ocurre otorgarle todas esas facultades a una de las empresas más endeudas del mundo”. Aseguró que se pretende eliminar un esquema que poco a poco podría dar beneficios a la población. Julen, por su parte, apoyó sus comentarios en la opinión de la COFECE que señala un riesgo en el incremento de los combustibles en México a partir de esta Ley que se convertirá en un instrumento confiscatorio y expropiatorio.
Dante Delgado, por su parte, aprovechó para criticar la participación del presidente del Senado, al afirmar que “Es deleznable que fuercen al poder Legislativo… se dan facultades discrecionales llevadas al extremo en el que las burocracias habrán de decidir, y dejar discrecionalidad en la burocracia aumenta la corrupción”.
Finalmente, pese a argumentos en contra y pese a que expertos señalan que esta Ley tendrá el mismo final que la Reforma a la Ley Eléctrica, se aprobó la minuto en lo particular con 63 votos a favor, 45 en contra y 4 abstenciones. No hubo reservas a la Ley pues las presentadas fueron rechazadas por el Pleno. |