Américo Zúñiga, por ejemplo, de acuerdo a la última encuesta de Massive Caller, lleva ligera ventaja sobre Rafael Hernández Villalpando; mientras que Adolfo Mota Hernández a estas alturas debe ya saber que su posible triunfo debe anclarse en los demás municipios y no esperar que algún débil efecto David le dé votos en la parte de Xalapa que le corresponde; o en el caso de Lillian Cerecedo, quien arrancó bien su campaña y va ganando adeptos, también se ha dado cuenta a dónde tiene que arrimarse y a dónde no recibirá ningún beneficio.
Los sabios bebedores de café no se imaginan a estos candidatos teniendo que cargar no solo con su campaña sino teniendo que cargar encima también con el lastre de David.
Nada que ver con la coalición de MORENA, en donde los candidatos a diputados con singular alegría se colgarán del efecto Ahued, que pese a la guerra sucia sigue creciendo considerablemente en la aceptación social, comentan en los cafés políticos. Ahí sí, ¡Qué diferencia! Pues un candidato fuerte a la alcaldía, sí abona.
A escasas tres semanas de que se realicen las elecciones, la estrategia está cambiando y ya no será el clásico “un, dos, tres por mí y por todos mis amigos”, sino el de “cada quien para su chicle”.
Los canillas del día son para los candidatos a diputados que, tal vez, demasiado tarde se están dando cuenta que fincar esperanzas en David Velasco será su verdadero Waterloo. |