El Semáforo de Alertas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aprobó por quinta vez consecutiva a la actual administración de Veracruz por su bajo nivel de endeudamiento y su capacidad para garantizar sus pagos y sus ingresos de libre disposición.
Veracruz (pese al negro historial de mala paga que heredó de administraciones anteriores) es ahora, según la SHCP, uno de los Estados con mejor manejo financiero y mayor libertad para invertir sus ingresos en las obras o servicios prioritarios.
Lo anterior es importante pues el Semáforo de Alertas evalúa indicadores muy difíciles de aprobar como son: (1) Deuda Pública y Obligaciones sobre Ingresos de Libre Disposición (ILD); (2) Servicio de la Deuda y de Obligaciones sobre Ingresos de Libre Disposición; y (3) Obligaciones a Corto Plazo y Proveedores y Contratistas sobre ingresos totales.
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El primer indicador se encuentra vinculado con la sostenibilidad de la deuda del Ente Público, en el cual Veracruz tiene 80.5%; el segundo hace referencia a la capacidad de pago, donde el servicio de la deuda sobre ILD representa el 6.6% para el Estado; y el ultimo se asocia con la capacidad financiera para hacer frente a sus obligaciones contratadas a plazos menores de 12 meses, en el que Veracruz tiene -3.1%.
Lo anterior se dice fácil, pero si se recuerda, el Talón de Aquiles de los gobiernos anteriores era el desorden financiero. ¿Quién no recuerda a los gobiernos en números rojos? ¿Quién no recuerda las marchas de pensionados, maestros y el personal en general que propiciaba la famosa ‘licuadora’ y los dejaba sin sueldo? ¿Ya se les olvidó el ‘moche’ y jineteo de las participaciones federales a los municipios, los adeudos a los proveedores y la petición sin control de préstamos a largo plazo? Todo eso era cosa común, y hoy el Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, y su Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, le han puesto fin.
Operaciones favorables como el haber pagado deuda vieja y cara por casi 5 mil millones de pesos y contratar nuevas a corto plazo y a menores costos financieros, han permitido elevar la inversión de obras a niveles que desde Fidel Herrera no se habían visto. Este año, por no ir muy lejos, la inversión en obra pública en Veracruz es del orden de los 10 mil millones de pesos, cuando que a finales de Duarte fue casi cero y con Yunes Linares de apenas unos 2,500 millones. |