El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, y su sombrero texano, ya se hicieron famosos en México y no por sus frecuentes entradas y salidas de Palacio Nacional -en las últimas dos semanas se le ha visto 5 veces- sino también por su forma de dirigirse a los mexicanos y las visitas de cortesía que ha realizado en varias regiones del país.
A este embajador Ken Salazar, se le ve sencillo, de sangre liviano y muy diferente de homólogos anteriores que se sentían dioses del Olimpo, quizá más importantes y poderosos que el mismo presidente que los había designado en el cargo.
Esta tarde, una vez más, se le vio salir de Palacio Nacional muy contento y echándole flores al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su gabinete.
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