Así que AMLO solo le pagó el favor de amigo por su apoyo para llegar a la presidencia con una diputación federal y lo hizo presidente de la Mesa Directiva la Cámara Baja del Congreso, pero al parecer a Porfirio Muñoz Ledo eso no le llenó.
¡Quería más y no se lo dieron! Y ahí están las consecuencias.
Sin embargo, al país no le bastan las palabras de Porfirio por más Muñoz Ledo que sea, ya que debiera probar sus palabras por mutuo propio o por la ley, puesto que cualquiera que sabe o se entera de un delito y no lo denuncia ante las autoridades, no en los medios, se convierte en cómplice.
Y es que la retórica que suele utilizar Muñoz Ledo, contamina en serio el ambiente político y debe ser ese su único objetivo, pues fiel a los pensamientos y filosofía platónica, el mito ha sido su herramienta en público que le ha dado poder.
En conclusión, lo que tendría que hacer Porfirio es denunciar y exponer sus pruebas, pues de lo contrario sería muy triste que ante los mexicanos que aún le creen fueran testigos de su virtud perdida. |