Sin embargo, Horacio Duarte no se aguantó y le ganó el júbilo que manifestaba en su rostro y a pesar de que AMLO había dicho que ese no era el lugar, adelantó la nota: "Voy a la batalla maestra".
La pregunta es, esa cara de satisfacción, de contento y feliz que mostraba Duarte en la mañanera no se justifica con lo que según se ha dicho en algunos medios nacionales, pues eso de ir a incorporarse a tareas partidistas para impulsar la campaña de Delfina Gómez como candidata, por ningún ángulo debe ser un gran orgullo ni político ni personal.
Y menos lo que algunos otros han afirmado, de que Duarte va al Estado de México y será la cartera, que viniendo de donde viene, Duarte la podría tener bien llena para apoyar el triunfo de quien lo venció en la encuesta y le quitó el lugar que él creyó tener en la bolsa.
A menos claro, que entre AMLO y él hayan pactado la posibilidad de, en algún momento en que Delfina falle o no levante, la podría sustituir como candidata.
Es decir, quizá AMLO y en MORENA estén pensando en cambiar de jinete a medio río, a sabiendas de los negativos que acompañan a la ex de la SEP.
Otro premio, cualquiera que sea no justifica su alegría. Así que esperemos porque en política nada hay escrito. |