No es hasta ahora, cuando a decir del propio Ricardo Sheffield Padilla, titular de la PROFECO, son entre 1,600 y 2,000 los afectados por estas prácticas ilegales y abusivas de TicketMaster, que por fin salió de su letargo y está intercediendo a favor de los defraudados.
Sheffield asegura que en TicketMaster debe haber una red delincuencial que se está dedicando a esto, pues afirmó que se hicieron las revisiones correspondientes y los filtros en el Estadio Azteca en el concierto de Bad Bunny fueron correctos por lo que deslindó a los organizadores del evento de la responsabilidad. Ahora, sentenció que se está preparando una multa a Ticketmaster que podría ser hasta del 10% del total de sus ventas anuales en México, si es que no coopera para la devolución del 100% de lo erogado por los afectados más un 20% por el daño causado.
Aún así, hay muchos afectados que aseguran que con eso no se estaría reponiendo el daño, pues aparte de no poder acceder al evento deseado, algunos hicieron el viaje a la CDMX exclusivamente para el concierto y todos sus gastos del viaje nadie se los iba a reembolsar.
Hasta el momento, los abogados de Ticketmaster no han mostrado mucha colaboración, por lo que veremos si la PROFECO realmente tiene los dientes para sancionar y apoyar al consumidor o es pura baba de perico.
La PROFECO, desafortunadamente, desde el inicio de la presente administración ha perdido injerencia y, sin lugar a dudas, presencia, pues al eliminar las delegaciones en muchas ciudades del país, los consumidores no pueden acceder a las líneas telefónicas que por lo regular están saturadas y los casos que antes se resolvían con celeridad ahora se dilatan puesto que los usuarios no saben a dónde acudir.
Bien dice el dicho que si no está roto, no lo compongas… y la PROFECO es el más claro ejemplo, pues una Procuraduría que funcionaba bien, ahora se está convirtiendo en un elefante blanco. |