Burda, por decir lo menos, es la guerra sucia y fratricida que han iniciado algunos aspirantes a coordinar los Comités de Defensa de la 4T en Veracruz.
La mañana de este jueves, una enorme manta colgó del puente del ferrocarril en la Avenida Lázaro Cárdenas, los odios y fobias de políticos de Morena, que pretenden sembrar la idea de que en Veracruz y en Xalapa, no quieren a Rocío Nahle García.
Y sí, seguramente hay muchos, miles de veracruzanos que no quieren que Rocío Nahle sea la próxima gobernadora del Estado; pero la abrumadora mayoría de esos miles no la quieren no por su origen zacatecano, sino por su filia partidista. Son personas con un superior encono contra Morena y la 4T, y que en realidad estarían de igual forma en contra de cualquier otro aspirante que estuviera arriba en las preferencias electorales.
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Señalar que hoy Xalapa mostró su rechazo a Rocío Nahle porque apareció “una enorme manta”, es un despropósito monumental, y quien quiera vender la idea de que fue la sociedad civil la que se organizó para mostrar dicho repudio, tiene demasiadas telarañas en la cabeza. Quienes orquestaron la colocación de la manta se encuentran alojados dentro del mismo nido llamado Morena. Ni siquiera habrían sido los políticos de los partidos de oposición los que lo habrían hecho.
Lo verdaderamente trascendente sería preguntar a los seguidores de Morena, si estarían dispuestos a votar por el PRI, PAN o PRD, tan solo porque su partido postule a una persona no nacida en la Entidad. Se ve muy difícil que eso suceda. A estas alturas la polarización es brutal e irreconciliable.
Estamos a punto de entrar a una carrera de cuadrillas en la que los latigazos y hachazos estarán al orden del día, y sí, el mantra de todos parece ser el mismo: bajen a la puntera. |