Desde luego, lo dicho por González Cobos no fue en el contexto del presente análisis, pero al mencionar los inconvenientes normativos actuales del Órgano de Fiscalización y sus posibles soluciones, es fácil entender que sin voluntad política el ORFIS no llenará las expectativas que los veracruzanos tienen.
Además, otro punto parecido al anterior, es que los dientes legales que actualmente tiene el ORFIS no le alcanzan para que los entes auditados y cogidos en falta vayan a la cárcel, hagan el famoso vómito negro o recibir su castigo, pues ello no depende del ORFIS, cuya cancha legal llega solamente hasta interponer las denuncias.
De ahí en adelante corresponde a las Fiscalías especializadas pero muchas veces estas fiscalías no responden al pueblo, sino a los intereses políticos en turno.
Por ello no es raro -y menos inexplicable- que de más de 160 denuncias formales que ha interpuesto la actual administración del ORFIS ante la Fiscalía especializada Anticorrupción, solo un alcalde ha sido llevado a la cárcel, mismo que horas después abandonara y hasta posara para el Facebook con aires de sobrada impunidad.
En la reunión con periodistas, Delia González Cobos mostró ser una eficaz directora del ORFIS, como también lo fue en su tiempo René Mariani Ochoa, pero los hechos hablan de que para que este Órgano de Fiscalización funcione, tendrán que darse cambios legales para atarle las manos no solo a los entes auditables, sino también a políticos que a través de sus partidos han hecho de la corrupción su modus vivendi. |