Tres: La desobediencia. A pesar de que AMLO ha dicho y recontradicho que no se puede andar en dos mandados, y tener un cargo público y al mismo tiempo participar por otro pues es INMORAL, la gran mayoría se ríe y sigue cobrando doble.
Cuatro: La filtración de documentos. ¿A poco alguien cree que de la noche a la mañana los medios se iban a enterar con pelos y señales de presuntos actos de corrupción en tal o cual área de gobierno, si no es que desde adentro y para dañar imágenes se han filtrado?
Cinco: El triunfalismo para ganar adeptos. La mayoría de las corcholatas en Veracruz -según ellos- van arriba y arrasarán en la encuesta interna de MORENA.
Y en todo este berenjenal, cuando menos una corcholata se ha ganado el respeto por su discurso de coherencia política. El primero que se separó del cargo en cuanto comenzó el proceso fue Manuel Huerta e incluso fue criticado por ello.
Sí, ha criticado a las demás corcholatas, pero lo ha hecho de frente y sin que tenga respuesta alguna de los que ha señalado. Critica con base en lo que dicen los estatutos y principios de MORENA. Y por si fuera poco, es el único que habla de unidad y rechaza la versión de que de no ganar “la hará de jamón” y así lo aclara:
“Va a haber unidad, porque muchos ya ven como, ahí está el Marcelo, no, mi nombre empieza con M…, pero yo soy Manuel, y es de Moreno, y estoy claro de lo que estoy haciendo, pero hay que decir estas cosas”.
Ver a Manuel en la contienda hace pensar que en MORENA sí existe una pizca de voluntad política para cambiar, para transformar, sin embargo, la mayoría de veracruzanos siguen viendo el pasado en el presente, el dedazo, la manipulación de masas, el acarreo, el triunfalismo anticipado, el golpeteo por debajo de la mesa, el canibalismo político, el rompimiento de reglas.
Lástima. |