Sin embargo, los polarizados tiempos políticos y porque el actual gobierno llegó al poder enarbolando la bandera del combate a la corrupción, es que no solo se debió combatirla sino preveer que sucediera.
Es decir, no será suficiente para la opinión pública que se haya realizado una investigación a fondo del caso y que a René Gavira se le haya vinculado a proceso, sujeto a investigación y detenido, porque la cabeza que se espera que caiga es la del superior y los superiores de Gavira, desde el titular de la dependencia hasta su cabeza de sector y el titular de la Función Pública y organismos internos de control.
Lo que se exige hoy en día es la cabeza de quien fuera el director general de la dependencia: Ignacio Ovalle.
Así que las especulaciones no se han hecho esperar, por ejemplo:
Uno. A pocos podrán convencer de porqué la FGR no lo pudo detener desde que le fueron giradas 6 órdenes de aprehensión en su contra.
Dos. Que Gavira no se entregó a la justicia sin antes contar con un acuerdo y negociado una condena corta y con privilegios.
Tres. Por el rango de funcionarios que presumiblemente se involucraron en el saqueo de SEGALMEX, se insistirá que René Gavira negoció privilegios y una condena leve a cambio de no involucrar a su superior Nacho Ovalle, amigo y padrino político de AMLO.
Por eso, nadie estará feliz y contento con la detención del charalito de SEGALMEX. |