Los ánimos cada momento se exacerban y se salen de control, pues la orden es no hacerles frente para que el problema no escale hasta que no se localice al policía, se investigue y cesen al jefe de la policía estatal, pues se ha corrido la versión de que en la fuga hubo complicidad de parte de policías estatales.
Pareciera una broma de muy mal gusto, pero las autoridades de Guerrero y la del Gobierno Federal no les midieron el agua a los camotes y no saben quizá en la que se metieron, ya que por un lado la fuga del policía parece más bien planeada en complicidad con las autoridades policiales de Guerrero y de la Gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, y también una grave pifia del presidente López Obrador, que al informar de la fuga, prendió la mecha para un disturbio social en Guerrero que parece no tendrá un buen fin.
Los ánimos están más que caldeados en Guerrero, pero la situación podría escalar a nivel nacional en cualquier momento, sobre todo, porque también se habla ya de que hay gente infiltrada entre los estudiantes de Ayotzinapa con fines muy distintos a los de la justicia.
Esto apenas empieza. Al tiempo, como dicen los clásicos. |