No fue, como señalaron en tribuna, que en dos o tres días leyeron el documento de trescientas páginas y encontraran allí, entre las letras chiquitas, las bondades a la nación. Las verdaderas bondades las debieron encontrar desde antes cuando les pintaron un futuro sin mayores contratiempos legales.
Pocos son los que piensan ingenuamente, que detrás de toda esta telenovela no debió haber negociación, y el quid está en dónde estuvo el verdadero apretón, porque de que los Yunes han sido entrones… lo han sido y hasta antes de este 2024, no se habían amilanado.
El apriete debió extenderse y enseñoriarse en fibras mucho más delicadas que una simple amenaza o una denuncia por uso de documentos falsos. El verdadero problema seguramente creció cuando los Yunes del Estero expandieron sus posiciones (y por ende los riesgos) a otros miembros de la familia… miembros a los que no estarían dispuestos a arriesgar. Y en este punto, como dijeran los sabios bebedores de café… el que sepa leer, que lea.
En fin, que hoy los que piensan que Cuitláhuac García y Verónica Hernández Giadáns quedaron mal… tal vez deberían leer la columna del agudo periodista Bernardo Gutiérrez Parra quien apunta “Contra lo que pudiera suponerse, Cuitláhuac y Verónica hicieron bien su chamba y los ablandaron (A los Yunes del Estero). El viernes anterior los Migueles tuvieron una charla con Adán Augusto López que los dobló. Y lo demás es historia”. |