Los que han hecho hasta lo imposible por dejar en libertad al exdirector de PEMEX, Emilio Lozoya, y especialmente al que le permitió salir de reclusorio, le entregó su pasaporte y que porte un brazalete electrónico.
O el caso del juez que atendió al ex Procurador General de Justicia, Jesús Murillo Karam y le permitió irse a una mullida cama de hospital.
Los que han concedido amparos a delincuentes confesos como los altos funcionarios que fabricaron y encubrieron la ‘Verdad histórica’ de Ayotzinapa.
Los que encubrieron los crímenes de Aguas Blancas.
El que cubrió el penoso caso de la familia LeBarón.
Sin contar al juez que le cambió la medida cautelar al ‘gober precioso de Puebla’, Mario Marín, y hasta le puso guardias especiales en su casa para que lo protejan.
Son también innumerables los casos calientes que han sido del dominio público aquí en Veracruz.
Y pues quizá haya muchos más jueces, no tan famosos, pero que quizá tengan debajo del colchón sus pecadillos y teman que en cuanto asomen la cabeza por algún cargo mejor dentro de Poder Judicial, les salgan de lo oscuro los chaneques.
Y como lo anterior es muy probable que suceda, pocos se atreverán a ser expuestos para ser quemados en la hoguera de la opinión pública.
Los canillazos van para aquellos que, faltando a la ética y a su juramento, han lucrado con sus cargos en el Poder Judicial. |